«Ucraniano», «inflación», «inteligencia artificial», «ecocidio» o «topar» son algunas de las doce candidatas a palabra del año 2022 de la Fundación del Español Urgente (FundéuRAE), de las que saldrá la ganadora que se dará a conocer el próximo 29 de diciembre. La guerra de Ucrania y sus consecuencias, tanto económicas como sociales, así como la tecnología o el medioambiente, son los temas que destacan este año en las doce palabras candidatas seleccionadas por la FundéuRAE, promovida por la Real Academia Española y la Agencia EFE. Estos doce términos se han elegido por su especial presencia en los medios de comunicación y en el debate social durante los últimos doce meses. Además, tienen interés desde el punto de vista lingüístico, ya sea por el modo en que se han formado, por su significado o porque han generado dudas entre los hablantes, explica la FundéuRAE. Esta es la décima ocasión en que la FundéuRAE elige su palabra del año; las anteriores fueron «escrache» (2013), «selfi» (2014), «refugiado» (2015), «populismo» (2016), «aporofobia» (2017), «microplástico» (2018), los «emojis» (2019), «confinamiento» (2020) y «vacuna» (2021). Este 2022, la ganadora será una de las doce siguientes: La amenaza de una guerra nuclear o la emergencia climática son dos de los motivos que han elevado en 2022 la presencia de esta voz. Desde el punto de vista lingüístico, para aludir a un conflicto que implica exterminio o una gran devastación, es preferible el empleo de «apocalipsis» en lugar de «armagedón», que es la denominación del lugar en el que se supone que tendrá lugar la batalla entre el bien y el mal, según el libro bíblico del Apocalipsis. El 2022 ha sido un año convulso para las criptomonedas, que acumulan importantes caídas y han perdido gran parte de su valor. El elemento compositivo cripto- ha ampliado su significado y, además de «oculto, encubierto», se aplica a aquellas voces que tienen que ver con las transacciones digitales que se aseguran mediante criptografía. Con ese sentido también se han formado otros términos, como criptoestafa, criptoempresa... El diccionario académico define diversidad como «variedad, desemejanza, diferencia». Es una palabra que ha destacado este último año por su presencia en muy distintos ámbitos (social, cultural, ambiental...). En los últimos tiempos, ha cobrado un matiz muy importante, decisivo a la hora de describir la sociedad, una institución o un programa educativo. Está presente en muchos de los programas y declaraciones que afectan a los cambios sociales. Este sustantivo se emplea para referirse a un daño grave producido en los ecosistemas de un lugar. Está formado por la combinación de dos elementos compositivos: eco-, que significa «ámbito vital» o «ecológico», y -cidio («acción de matar», como en magnicidio u homicidio). A raíz de la guerra de Ucrania, se han disparado las tensiones por el gas procedente de Rusia, del que dependen diversos países, lo que ha conducido a intensas negociaciones. El término «gasoducto», mejor que «gaseoducto», es el adecuado para referirse a las tuberías por las que se transporta el combustible. Las gigafactorías son fábricas de baterías de automóviles que pueden llegar a almacenar un gigavatio hora. Así, la Fundación explicó en una recomendación que en este neologismo el prefijo giga- no se emplea para expresar que se trata de una fábrica de gran tamaño, sino que se refiere a gigavatio. «Variante», «sanitarios», «coronavirus» y «pandemia» fueron algunas de las candidatas de los dos últimos años, en los que ganaron «confinamiento» (2020) y «vacuna» (2021). Este año «gripalizar» es la palabra relacionada con la pandemia seleccionada. Este verbo, así como su derivado «gripalización», se ha empleado para referirse a una nueva situación en la pandemia, en la que la covid requiere una vigilancia centinela similar a la que se hace para la gripe. La subida generalizada de los precios en prácticamente todos los países ha centrado la atención de los medios de comunicación, de los Gobiernos y, por supuesto, de los consumidores, que han notado cómo la cesta de la compra, la factura de la luz y los carburantes se han encarecido en los últimos meses. La escritura adecuada de esta palabra es con una sola ce, no «inflacción», y de ella han derivado otros términos: reduflación, estanflación, hiperinflación... No se trata de un concepto nuevo, pero ha sonado con especial fuerza en 2022 debido a la multitud de aplicaciones de esta tecnología: desde hacer ilustraciones, escribir novelas o mantener conversaciones hasta programar códigos al mismo nivel que una persona. No obstante, también ha surgido este año un amplio debate sobre las implicaciones éticas y los cambios que puede suponer para algunos profesionales. La expresión inteligencia artificial se escribe con minúsculas, aunque su sigla (IA) se escriba con mayúsculas. Se trata de un acrónimo, es decir, una palabra formada por la unión de otras (en este caso, sexo y dopaje). Es la alternativa que propone la Fundación al anglicismo «chemsex», que se emplea para referirse a la actividad sexual, normalmente entre varias personas, que se practica bajo la influencia de estimulantes. A partir de esta voz, se han creado otros derivados como sexdopado o sexdopar. La inflación, y especialmente el encarecimiento del gas, hizo que distintos Gobiernos plantearan la opción de establecer un tope a los precios (o toparlos). El verbo topar (y destopar) es habitual en el ámbito económico, aunque su uso se ha extendido y ha pasado a ser especialmente frecuente en el lenguaje de los políticos y los medios de comunicación. La guerra en Ucrania ha centrado gran parte de la atención de los medios desde que comenzara en febrero. Once meses después, la invasión rusa continúa y el mundo sigue pendiente de lo que ocurre en el país ucraniano. Aunque el gentilicio ucranio también es válido, la forma ucraniano es la asentada y la recomendada en las obras académicas.