El cine en la SER
Cine y TV | Ocio y cultura

'El pequeño Nicolás' se encuentra con sus creadores: así es la película que celebra al Manolito Gafotas francés

Amandine Fredon y Benjamin Massoubre firman esta película de animación que rinde homenaje a las figuras de René Goscinny y Jean-Jacque Sempé, autores de uno de los iconos de la literatura infantil francesa

Fotograma de la película 'El Pequeño Nicolás' / DeAPlaneta

MADRID

La amistad entre el escritor René Goscinny y el ilustrador Jean-Jaques Sempé dió origen al personaje de la novela infantil francesa más conocido internacionalmente, el pequeño Nicolás. Sempé, quien siempre firmaba así sus obras, dibujó en varias ocasiones la famosa portada de 'The New Yorker' y pasó a la historia por poner rostro a las historias de su amigo Goscinny, uno de los autores de mayor éxito a nivel mundial, guionista de obras tan icónicas como las aventuras de 'Asterix el Galo' o la serie de animación 'Lucky Luke'.

Tras el fallecimiento de Sempé el pasado agosto, Amandine Fredon y Benjamin Massoubre han querido rendir homenaje a estos célebres artistas recuperando su trabajo más icónico. La película de animación de 'El pequeño Nicolás: Las mejores aventuras se viven entre amigos' refleja una longeva historia de amistad y narra el proceso de creación de la novela infantil que ha pasado de generación en generación y ha conseguido calar en el imaginario cultural de todo un país.

La película ha pasado por el circuito de los grandes festivales de cine. Su estreno mundial fue en el Festival de Cannes 2022 y en junio obtuvo el Premio a la Mejor Película en el Festival de Annecy, el certamen más prestigioso del género de animación. En España, vio la luz en el Festival de Gijón, concretamente en la Sección 'Enfants Terribles', una categoría que busca educar a los más pequeños a través del cine.

La ciudad de París cobija a Goscinny y a Sempé, que día tras día trabajan para dar vida al 'Pequeño Nicolás', un cuento infantil que narra la infancia alegre de este niño que está comenzando a descubrir el mundo que le envuelve. La película trata desde cero el fenómeno mundial que ha vendido más de 15 millones de ejemplares traducidos a más de 45 idiomas y lo combina con la biografía de los autores. La historia se acerca sutilmente a la vida personal y a la faceta más íntima de los autores con la intención de homenajear sus figuras.

Uno de los directores de la película, Benjamin Massoubre, cuenta a la Cadena SER cómo ha sido el proceso de creación de la película y la experiencia recuperar una animación tan icónica:

- ¿Cómo surge la idea de recuperar la figura del pequeño Nicolás?

Yo no hablaría de recuperar la historia si no de rendir homenaje y compartir el amor que sentíamos por este libro con el público. Es verdad que lo que se había hecho hasta ahora sobre el pequeño Nicolás en películas era muy diferente. Lo que queríamos reflejar es, por un lado, los dibujos de Jean-Jacques y, por otro, incluir las palabras y la narrativa de Goscinny. Esta fue la razón que nos movió a buscar el motivo de su creación y que inmediatamente te lleva a una historia de resiliencia porque los dos autores tienen historias dramáticas detrás y crean este personaje para poder hablar de una infancia que ellos no han podido vivir. En todo momento queríamos que quedara reflejado el amor que sentimos por ambos autores.

- ¿Cómo os acercasteis a la biografía de Sempé y Goscinny?

La verdad es que sentimos una inmensa responsabilidad tanto por la parte del pequeño Nicolás como por sus autores, que son una parte importantísima de la cultura popular en Francia, por lo tanto, para acercarnos ha sido necesario hacer una investigación profunda. En primer lugar, hemos releído las 222 historias del pequeño Nicolás así como buceando en todos los archivos escritos y audiovisuales existentes de ambos para tratar de entender su universo. Hemos tenido la suerte de contar, de alguna manera, tanto con Goscinny como con Jean-Jacque en el proceso de creación. Jean-Jacques estuvo involucrado directamente y ha trabajado en la animación, nos habló de su juventud y la relación con Goscinny. Por otro lado, hemos podido contar con la hija de Goscinny que nos dio acceso a su despacho y nos ayudo a ver, de primera mano, esta parte personal para poder entrar de lleno en la historia.

- ¿Qué peso tiene en Francia esta historia?

Yo diría que es el libro más conocido en Francia. Generación tras generación ha sido así. Y, a pesar que se puede decir que algunas partes que se reflejan están pasadas de moda, yo creo que sigue siendo uno de los libros más populares y el secreto de esto es que todas las historias están escritas por Goscinny a través de los ojos de un niño de 8 años. Todo lo que le sucede a los niños en su infancia no ha cambiado tanto. Los niños siguen queriendo saltarse clases, salir al patio, una buena relación con sus abuelos, y también creo que hay una parte que gusta mucho y es que se refleja una Francia de la posguerra.

- ¿Qué significa haber pasado por el circuito de los grandes festivales cinematográficos?

La verdad es que ha sido increíble. Especialmente al principio porque nuestra idea era hacer una película familiar y la verdad es que nos dejó muy sorprendidos la proyección que empezó a tomar. Hemos ido a Cannes donde ya es raro ver una película de animación y hemos sido la única película del género este año aunque haya sido para una sección especial. Y luego hemos recogido el premio en el Festival de Annecy y es algo que no nos esperábamos. No era nuestra intención inicial. Hemos seguido cosechando premios en las últimas semanas en Inglaterra y Corea del Sur. Ha sido una experiencia delirante.

- ¿Cómo han trabajado el diseño de los personajes? Ese nuevo universo en color y fuera de él, una página en blanco.

Me gustaría mencionar que a pesar del formato electrónico, nosotros hemos apostado por la animación tradicional. Todos nuestros animadores han trabajado para hacer dibujos a mano. La velocidad normal son 24 fotogramas por segundo pero nosotros hemos trabajado con 12. Hemos tenido, por tanto, 150.000 dibujos creados a mano, un trabajo enorme. Es verdad que el universo del pequeño Nicolás es en blanco y negro y nosotros hemos introducido algo de color. Pero hemos querido conservar este universo poniendo el blanco al rededor de la imagen y no coloreándolo todo. Una idea de la que estoy especialmente orgulloso es de que el personaje gana o pierde color según entre o salga de la imagen. Es una forma original de conservar esta obra original.