Las luces de navidad, una decoración poco sostenible con el medio ambiente

Madrid

Las luces de navidad son una tradición muy típica en España, lo hemos estado viendo en cada época de diciembre todos los años. Atraen a miles de personas y potencia el comercio de las grandes ciudades en las que se encienden. Pero aunque sean luces de bajo consumo, todas contribuyen a incrementar los niveles de contaminación lumínica de todas las ciudades. Esto se debe a su potencia lumínica que se suma a la que ya generan las farolas y las marquesinas.

Muchas de estas bombillas pueden parecer de color blanco, pero en realidad son azules. Este color en la luz es muy nocivo para salud de las personas y su uso no ha parado de crecer estos últimos años. Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y de la Universidad de Exeter descubrieron que entre 2012 y 2020, el porcentaje de luz azul en Europa ha incrementado un 24,4% y en España, en concreto, un 13% frente a la luz verde en los últimos años.

Ampliar

Interfieren en la producción de algunas hormonas y neurotransmisores como la melatonina, que regula en parte nuestro ritmo circadiano

—   Javier Armentia es astrofísico y director del Planetario de Pamplona y nos explica los efectos que tienen estas luces sobre las personas.

Y no solo humanos, también los pájaros se ven afectados. Un claro ejemplo es Nueva York, durante la conmemoración anual de los atentados del 11M, miles de especies quedan desorientadas por las luces que se utilizan en la celebración. Las aves no son las únicas, los insectos también y el ejemplo más sonado en la comunidad científica con las luciérnagas. “Ya no usan su reclamo luminoso porque no pueden buscar pareja esta manera. Están perdiendo su capacidad de estar en entornos cercanos a las urbes”, explica Javier.

Una buena alternativa es el Gran Place de Bruselas, allí han rebajado los niveles de luz de las calles para compensar los que generan las luces de Navidad, así que apagan las luces de la plaza para poder admirar el alumbrado navideño. Pero pese a que hay posibilidades como esta, siguen sin ser sostenibles, porque aunque ayudan al progreso económico y social, no respetan los ecosistemas y con esto se compromete la calidad de vida de las personas y otros seres vivos.