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El éxito del campeón y la digestión de la derrota: un psicólgo deportivo analiza la resaca de la final del mundial

Cómo solo vale ganar y el deporte, y no solo el deporte, tiende a olvidar a los que quedan detrás

Madrid

1994. Final del mundial. Italia. Brasil. Tanda de penaltis. Si Roberto Baggio falla, Italia pierde el mundial. Y falla. Y gana Brasil. Y el foco se pone en Brasil y en la celebración de los brasileños. Italia es el segundo mejor equipo del mundo. ¿Pero eso es suficiente?

Hace un año, en una entrevista en el periódico 'La Reppublica', Roberto Baggio confesaba: "Ese día podría haberme suicidado y no habría sentido nada". Iván Pico es psicólogo deportivo; él explica que los deportistas de ahora están preparados para perder: "Es parte de la preparación psicológica que tienen los deportistas de alto rendimiento. El propio Scaloni, el seleccionador de Argentina, al terminar la final, hizo unas declaraciones que me gustaron mucho al respecto de eso. Él decía que los deportistas de ese nivel, que ellos, estaban acostumbrados a este tipo de celebraciones; por eso intentaban que ese festejo se trasladara mucho más a los aficionados, que son los que más viven la final, incluso más en algunos casos que los propios jugadores".

Pico subraya la diferencia entre la derrota y el fracaso y cómo deben entenderlo los más pequeños: "No es que Francia haya fracasado, porque decir que fracasa llegando a la final de un Mundial... Y eso se lo trasladas a un niño pequeño. ¿Cómo le explicas tú ahora a un niño que Francia llegó a la final de un Mundial y eso es un fracaso? ¿Cómo se le explicas a un niño que suspende un examen de matemáticas? ¿Llega a casa y la familia ya piensa que fracasó en la vida? No, no, esto no funciona así. Por una derrota no vas a ser un fracasado. Lo que tienes que aprender es a gestionarla", señala.

Además, apunta a una curiosidad psicológica, y es que el cúmulo de derrotas predispone a la sensación de fracaso: "El caso más claro es, por ejemplo, en el partido de tercer y cuarto puesto. Aunque es un partido que ya tiene menos repercusión mediática. Croacia festejó igualmente el tercer puesto. Entonces parece como que el que quedó tercero tiene mayor recompensa al final que el que quedó segundo. ¿Por qué? Porque el sistema de recompensa del propio cerebro a través de la dopamina va a identificar mejor ese refuerzo positivo que es la victoria. Nosotros en la vida aprendemos más cuando vamos ganando que cuando vamos perdiendo. Un jugador lo sabe, pero a un aficionado de a pie le cuesta más asimilar, porque al día siguiente va a tener su trabajo, va a tener que ir a clase tal y va a desconectar de ese mundo".

Así que los aficionados del futuro son los niños del presente y en las manos de los adultos está también que aprendan a diferenciar derrota de fracaso, aunque sin olvidar que las emociones existen: "No es que sea ni bueno ni malo, simplemente hay que saberlo gestionar. Las emociones van a estar ahí".

Julio Guerra

Redactor del informativo 'Hora 14' de la SER....