El testamento de Joe Strummer: 20 años sin el líder de The Clash
Esta semana recordamos al enorme Joe Strummer con un recorrido por su disco póstumo
Mural de Joe Strummer pintado en las calles de Belgrado / OLIVER BUNIC
Madrid
El 22 de diciembre de 2002 Joe Strummer salió a pasear con su perro en Bloomfield y cuando regresó a casa tuvo un fallo cardiaco fruto de una enfermedad congénita no diagnostica y murió. Tenía 50 años y tras una época oscura en la que el dinero no llegaba y los bolos escaseaban, Strummer volvía a sonreír junto a The Mescaleros. De la mano de su nueva banda había grabado dos buenos discos y uno más llegó en los meses posteriores a su muerte.
El inesperado adiós de Joe Strummer pilló al mundo de la música por sorpresa. Strummer fue uno de los músicos más influyentes de su generación. The Clash fue una banda mayúscula con un legado musical insuperable, pero más allá de la música, Joe Strummer dejó una profunda huella por su forma de entender la industria, el mundo y el poder de las canciones para combatir las injusticias. Joe, a diferencia de otros predicadores millonarios, no puso el dinero por delante de nada. Como ejemplo queda la negativa a reunir a The Clash a pesar de no tener dinero en el banco y de recibir ofertas millonarias que muy pocos músicos hubieran rechazado.
Cuando la banda ingresó en el Salón de la Fama de Rock, Tom Morello, miembro de Rage Against The Machine y licenciado en Harvard en Sociología, dio un discurso emocionante. "The Clash tocaban con pasión, compromiso, intención y una viva llama política", señaló Morello. "Había tal sensación de comunidad en sus conciertos que parecía que cualquier cosa era posible. Aquello me dio energía y una visión política que me cambió aquella noche y supe que el futuro no estaba escrito y creo que la mejor manera de honrarles es poner su filosofía en práctica levantándonos cada mañana sabiendo que el futuro no está escrito, que puede haber un futuro en el que los derechos humanos, la paz y la justicia sean prioritarios pero que depende de nosotros. Para mí, eso era lo que representaban The Clash: combinaban sonidos revolucionarios con ideas revolucionarias."
Esas ideas las subrayó hace poco el director Jim Jarmusch, amigo de Strummer, al que dio un pequeño papel en Mystery Train (1989). "Joe luchó contra cosas y en estos tiempos es importante recordarlo. Joe luchó contra el racismo, el sexismo, el fascismo y contra la ignorancia y es muy importante mantener esta lucha y estas ideas que defendió", argumentó emocionado en un concierto que celebró, en plena pandemia, su setenta cumpleaños.
El testamento de Joe Strummer: 20 años sin el líder de The Clash
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Los años finales de Strummer fueron emocionantes. Junto a Mescaleros volvió a vibrar. Los tiempos ya eran otros, no eran los suyos, y en el documental Lets Rock Again (2004) se ve a Joe repartiendo flyers de sus conciertos por las calles de Atlanta sin que nadie le haga demasiado caso o se recuerda cuando el músico llamaba a pequeñas radios que le gustaban pidiendo que pusiesen sus nuevas canciones. Joe, como toda leyenda, lidió con aquellos que iban a sus conciertos a pedirles a gritos temas de los Clash, pero le daba igual. Para Joe aquel era su pasado, le gustaba, lo respetaba y quizá por ello quiso dejarlo como un recuerdo bonito.
Su etapa en España también dejó huella. Más allá de la producción de la banda 091 queda esa aventura intentando encontrar la tumba de García Lorca, sus noches por Malasaña compartiendo anécdotas y canciones, su pasión por Granada o los veranos, ya años después, junto a sus hijas en San José cuando su español ya era más digno que en el de la célebre canción de The Clash.
Tras su muerte llegó a las tiendas Streetcore, álbum al que dedicamos el episodio de esta semana en compañía de Sara Morales. Aquel disco está formado por muchas primeras tomas, murió antes de repetir algunas, por una maravillosa versión de Bob Marley, por un tema que ofreció sin respuesta a Johnny Cash y por un tema instrumental que sus compañeros completaron usando trozos de la voz de Joe en su programa de la BBC. Streetcore no es un álbum imprescindible en la historia del rock and roll, pero es un buen disco de Joe Strummer, su testamento, y eso ya es más de lo que muchos podrán decir jamás.
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