Zelenski en América
El arrojo que entraña un viaje así puede ser muy útil para insuflar ánimos a una población cercada, continuamente bombardeada, castigada sin electricidad ni calefacción, perseguida por el mero hecho de existir
Zelenski en América
Barcelona
Solo el hecho de viajar cuando eres un proscrito, amenazado por tropas que te rodean, es un gran logro. Y más si emprendes un viaje largo, intercontinental. A los EEUU de América del Norte. Con esta maniobra, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, simboliza además que la perseverancia compensa. En los planes del invasor del Kremlin, tenía que haber sido liquidado en pocas horas, o días, días después de ocupado su país, operación iniciada hace diez meses. Ni una cosa ni la otra.
El arrojo que entraña un viaje así puede ser muy útil para insuflar ánimos a una población cercada, continuamente bombardeada, castigada sin electricidad ni calefacción, perseguida por el mero hecho de existir. El Estado ucranio necesita armas y dinero desde el exterior. Le urgen. Los necesitará también continuamente cuando se establezca la mayoría reaccionaria en el Congreso, muy poco inclinada a invertir en solidaridad. Por eso, este viaje supone anticiparse al daño. Es un intento de evitarlo. O al menos de minimizarlo.
Zelenski recibirá del presidente Joe Biden un buen cargamento de misiles Patriot, y un taller de entrenamiento para sus tropas en el sofisticado manejo de esos artefactos. Son la joya de la corona del polvorín americano. Y un símbolo de su potencia.
Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas...