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EEUU y la ONU condenan la prohibición de que las mujeres trabajen en ONG e intentarán reunirse con los talibanes

El régimen talibán ha prohibido a las mujeres acceder a estudios universitarios y a trabajos en ONG

Mujeres afganas protestan contra la prohibición talibán de que las mujeres acudan a la universidad. / Getty Images

Madrid

Naciones Unidas y Estados Unidos han condenado el decreto de los talibanes en Afganistán que ordena a todas las ONG, ya sean nacionales o internacionales, la suspensión de los contratos de trabajo de las mujeres hasta nuevo aviso. "Cualquier orden de este tipo violaría los derechos más fundamentales de las mujeres, además de constituir una clara violación de los principios humanitarios", ha advertido la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) en un comunicado.

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Asimismo, ha avanzado que la ONU tratará de reunirse con los dirigentes talibanes para obtener aclaraciones sobre la mencionada orden que, ha alertado, "perjudicará aún más a los más vulnerables, especialmente a las mujeres y las niñas". "Privar a las mujeres del libre albedrío para elegir su propio destino, desempoderarlas y excluirlas sistemáticamente de todos los aspectos de la vida pública y política supone un retroceso para el país", ha concluido.

Guterres lamenta la situación

Por su parte, el secretario general de la ONU, Antònio Guterres, ha lamentado la decisión, que "socavará la labor de numerosas organizaciones que trabajan en todo el país ayudando a los más vulnerables, especialmente mujeres y niñas". "La prestación eficaz de ayuda humanitaria requiere el acceso pleno, seguro y sin trabas de todos los trabajadores humanitarios, incluidas las mujeres", ha expuesto su portavoz, Stéphane Dujarric, en un comunicado.

En este sentido, ha avisado de que esta prohibición, que afecta al derecho de todas las mujeres "a participar en la fuerza de trabajo", "causará más penurias indecibles al pueblo afgano". Por otro lado, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ha expresado su profunda preocupación por el decreto al tratarse de una decisión que "podría ser devastadora para el pueblo afgano". "Las mujeres son fundamentales para las operaciones humanitarias en todo el mundo", ha recordado en una publicación en su perfil de Twitter.

Asimismo, el representante especial adjunto de la Secretaría General de Naciones Unidas para Afganistán, Markus Potzel, ha valorado que los países occidentales deberían reabrir sus embajadas en Kabul a pesar de que eso signifique una suerte de reconocimiento a los talibán, en el poder desde hace año y medio.

Potzel, quien fue embajador alemán en Afganistán entre 2014 y 2016, considera que la presencia diplomática en Kabul permitiría "evaluar mejor la situación" en lugar de hacerlo a distancia. "Es difícil hacerlo desde Doha o Berlín", ha valorado el representante de Naciones Unidas en una entrevista para RND. "Alemania y otros países occidentales tienen intereses en Afganistán, no hay que olvidar eso", ha dicho Potzel, para quien sería buena idea que más países occidentales volvieran a contar con representación en la capital afgana.

"La situación humanitaria es precaria"

No obstante, Potzel ha matizado que tener allí una delegación diplomática no implica necesariamente "el reconocimiento del régimen talibán", sino más bien un interés por un Afganistán estable en el que Estado Islámico y las redes del narcotráfico no tengan fácil desarrollarse, ha explicado. "La comunidad internacional tiene interés en combatir el terrorismo. Tiene en garantizar que no se cultiven ni comercialicen drogas. Le interesa que a la gente del país se le ofrezcan perspectivas para que no se repita una ola de refugiados como la que vimos en 2015. Todos estos son intereses por los que, en mi opinión, vale la pena luchar y estar presentes en el lugar", ha recalcado.

"La situación humanitaria es precaria. El invierno ha llegado. La gente necesita combustible, necesita algo para comer, necesita medicinas. (...) Por un lado, no queremos apoyar al régimen, y por otro, no queremos defraudar a la gente", ha expresado.

Desde que los talibanes se hicieran con el control de Afganistán en agosto de 2021 tras la salida de Estados Unidos y sus aliados, los países occidentales se apresuraron a cerrar sus embajadas y a evacuar a su personal, dejando por el camino a decenas de afganos que colaboraron con ellos. Ningún país ha reconocido hasta ahora el gobierno de facto de los talibán, que tras ofrecer en un primer momento un pretendido intento por negar que se fuera a restablecer un régimen fundamentalista y tan opresivo como el de entre 1996 y 2001, en los últimos meses han iniciado una serie de medidas que recuerdan a aquellos años, como las de no permitir que las mujeres puedan acceder a la educación.

El propio Potzel ha criticado algunas de estas "draconianas" restricciones que los talibán han impuesto contra las mujeres, como la de tener prohibido viajar sin la compañía de un hombre de su familia, o asistir a parques, gimnasios o baños públicos. "No veo que los talibán hayan cambiado", ha dicho.

Irán ofrece educación universitaria a mujeres afganas

Después de que los talibanes decidieran prohibir el acceso a la universidad a las mujeres afganas, las autoridades de Irán han mostrado su disposición a dar educación universitaria. Rasul Musavi, director del Departamento para Asia Occidental del Ministerio de Exteriores iraní, ha señalado en su cuenta en la red social Twitter que Teherán está dispuesto a "solucionar los problemas sobre la educación de las mujeres" en Afganistán, incluidas opciones "a través de Internet".

Así, ha detallado que ha trasladado la propuesta al representante de los talibanes en Teherán, Abdulqayum Soleimani, después de que Irán se mostrara crítico con la decisión del grupo fundamentalista y pidiera que la decisión fuera revocada para permitir el reinicio de clases para mujeres en universidades de Afganistán.

Durante la jornada de este sábado, los talibanes han empleado cañones de agua para reprimir una protesta en la ciudad afgana de Herat contra la prohibición de acceso a educación universitaria a las mujeres, en medio de una batería de medidas restrictivas que han limitado el papel público de las afganas.

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