China vuelve a la casilla de salida tres años después

El coronavirus vuelve allí donde empezó todo, a China. De hecho, nunca se fue, pero las estrictas medidas anti-COVID decretadas por las autoridades chinas evitaban su propagación. La política de COVID-0 instaurada por el gobierno llevó hasta el hartazgo a los ciudadanos que sumaban encierro tras encierro y limitaciones de todo tipo en su vida diaria. Tras las manifestaciones y protestas masivas, el gobierno decidió que China podía volver a recuperar su vida normal y las consecuencias están siendo desastrosas. Explosión de la pandemia, miles de muertos, según cuentan medios extranjeros y testigos directos, porque allí las cifras oficiales son ridículas, y peligro de colapso económico en un gigante que puede volver hacer que el mundo se tambalee.

Advierten los científicos que los muertos podrías ser millones, en una población con una muy baja tasa de vacunación, y los vacunados lo han sido con una vacuna cuya eficacia es muy inferior a la de las vacunas occidentales. Vuelve China, pues, tres años después a la casilla de salida, sin que en estos tres años haya podido hacer una vida medianamente normal. Cuando el coronavirus llegó a Europa, cuando llegó a España, quedó claro que solo la ciencia podía sacarnos de esta. La vacuna, en un principio, muy lejana en el horizonte, era la única solución posible, además de las medidas temporales, como los confinamientos. Y así ha sido. España es uno de los países con la mayor tasa de vacunación. Convivimos con el virus, que no ha desaparecido, pero que se ha convertido para la mayoría en una especie de gripe que llamamos de otra manera.

Pero debemos mirar otra vez a China, la explosión de casos puede tener efecto en el resto del mundo, sobre todo, en esos países, que son muchos, donde la tasa de vacunación sigue siendo muy baja, y debemos seguir mirando también por los efectos económicos que puedan tener el rebrote de la pandemia allí. Y no va a ser fácil conocer la magnitud de lo que está pasando. La opacidad del gobierno chino lo vuelve a poner difícil, como ya pasó cuando se quiso investigar el origen de la pandemia. Así que toca empezar un nuevo año pendientes, otra vez, del país asiático por si hay que modular en algo nuestra vida de ahora.