Cuidado con los precios

Barcelona

2023 será un año más difícil para muchos países. Un tercio de la economía mundial caerá en recesión. Es decir, en dos trimestres seguidos de menor crecimiento. Y eso porque las tres grandes potencias mundiales, EEUU, la China y La Unión Europea se desacelerarán simultáneamente.

Así lo pronostica la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, una dirigente que suele hablar claro. Y breve.

Es verdad, sin embargo, que la suerte irá por barrios. En la misma Europa lo pasará peor la poderosa Alemania, cuya recesión parece descontada: le falló la energía barata rusa, y algunos mercados tradicionales para su exportación.

En España, las cosas parece que irán mucho mejor. El Banco de España acaba de descartar que pueda producirse una recesión. La economía crecerá, todo indica que por encima del 1%. Mucho menos que este año, pero sin retroceso absoluto. Incluso crecerá el empleo, que es como un milagro, porque lo tradicional era que con crecimientos tan bajos, se destruyesen miles de puestos de trabajo.

También irá mejor la inflación. A los españoles no debería darnos apuro demostrar una cierta satisfacción por ser los campeones europeos en el mejor comportamiento de los precios: cuatro puntos menos que la media y la mitad que en Italia. Es importante que los precios sigan bajando. Para ello conviene que no solo el Gobierno y las instituciones los vigilen, y si conviene, actúen, adviertan o multen. Es necesario también que los consumidores no se dejen tomar el pelo. Hoy han empezado algunas rebajas en el IVA alimentario, decididas por el Gobierno. Algunos comercios han cumplido la norma y han trasladado esas reducciones a los clientes. Pero otros no. Denunciar esa conducta egoísta y especuladora es doblemente provechoso. Para el consumidor individual. Y para lograr que los precios se abaraten más. En beneficio de todos.