Kazuo Ishiguro adapta al maestro Kurosawa: "En el mundo moderno capitalista la gente no sabe en qué contribuye a la sociedad"
El Premio Nobel de Literatura firma el guion de 'Living', una emotiva recreación del 'Vivir' de Kurosawa que protagoniza el británico Bill Nighy y dirige el sudafricano Oliver Hermanus
San Sebastián
El cineasta más importante de Japón con el último Premio Nobel de origen japonés. Es decir, Kurosawa e Ishiguro. Dos figuras que se encuentran en Vivir, película que homenajea el clásico filme Vivir y que cuenta con una prodigiosa interpretación de Bill Nighy. "La película tuvo un gran impacto en mí cuando era joven", explica el escritor Kazuo Ishiguro en la Cadena SER. "Era estudiante universitario y la vi y llevé conmigo el mensaje de la película toda la vida".
Ha sido el encargado de firmar el guion de esta película, dirigida por Olvier Hermanus y presentada en varios festivales: Sundance, Venecia y San Sebastián. Ahora llega a cines la que es, sin duda, una de las películas más conmovedoras de la temporada. Ishiguro cambia algunas cosas con respecto a la película del maestro japonés. La principal es que ocurre en otro tiempo y otro lugar: en el Londres de los 50, después de la Segunda Guerra Mundial. "Mi ambición no era volver a hacer esta película porque quería añadir un conjunto de intereses que yo personalmente tenía sobre sobre ser y sobre una forma de vida inglesa que desapareció en los sesenta", explica sobre las intenciones de hacer la película, que en ningún caso querían desplazar a la original.
"Está la idea del caballero inglés y ciertos valores que existieron durante muchos años en Gran Bretaña y hasta después de la Segunda Guerra Mundial, siempre me ha interesado ese tipo de manera de ser inglés", añade el escritor que creció en una Inglaterra muy diferente a la actual. "Siempre pensé que existe ese tipo de inglés que es una especie de metáfora de algo universal, de que todos tenemos un caballero inglés dentro de nosotros, ya seamos hombres o mujeres o sea cual sea el país en el que vivamos".
El caballero inglés de Living es, como decíamos, Bill Nighy. Actor británico al que el escritor y el productor de la película conocieron una noche en un restaurante y en el que pensaron de inmediato para esta historia. Un personaje gris, viudo, sin muchos amigos, sin mucha conversación, imbuido por la rutina. "Si examinas a un personaje así, es una versión exagerada de algo que llevaremos con nosotros. Me refiero a cosas como el miedo a las emociones o las diferentes formas en que tratamos de protegernos de las cosas que nos causan angustia o cómo nos aferramos a vivir una vida normal".
Este hombre es un funcionario que un día recibe un mal diagnóstico médico. Le queda poco tiempo de vida y reacciona. Primero haciendo cosas que nunca haría. Después dedicándose a los demás, y a vivir. "Cuando sientes que todo el mundo que te rodea se está cayendo a pedazos. La forma en que usas el humor y el estoicismo es un eufemismo. Y también la forma en que tratas de ganar fuerza y dignidad con la idea de que perteneces a una nación más grande, a pesar de que tú mismo tengas una vida pequeña", señala el escritor el kit de la cuestión.
La película trata sobre cómo nos enfrentamos a la mortalidad y sobre cómo valorar mejor el tiempo que se nos ha dado. Ahí el personaje se obsesiona con aprobar una normativa para construir un parque infantil en una comunidad con ayuda de una entusiasta compañera de trabajo que le da todo el optimismo y la fuerza para seguir adelante y olvidar sus propios errores. "Es un buen hombre, pero tiene defectos, pero película no trata tanto de ser bueno o malo. Se trata de si estás viviendo tu vida de la manera en que quieres o si la estás desperdiciando. Por eso significó tanto la película de Kurosawa para mí cuando era joven, me parecía un mensaje inusual. Las películas por aquel entonces te decían que podrías cambiar de vida pero haciendo algo increíble, algo heroico. No siendo un hombre normal como es este caso".
Living muestra la sociedad en un momento crucial, donde el entusiasmo y el consumismo comenzaron de alguna manera. Ese momento vital del protagonista conecta con el momento vivido en la pandemia, con el momento actual de crisis. "En el mundo moderno en el que vivimos ahora, en el capitalismo tardío. La gente vive en pequeñas células fracturadas y no saben en qué contribuyen a la sociedad. Es muy difícil conectar tu trabajo con la vida real y la forma en que afecta al mundo real que existe. Creo que las redes sociales e Internet han hecho que las cosas se rompan aún más", explica el creador que confía en que este relato llegue a una nueva generación de jóvenes, como le llegó a la suya el del maestro japonés.
Ishiguro se confiesa fan del cine inglés de los 30 y 40. De Hitchcock, de Powell y Pressburger, de Carol Reed. "Luego ese cine se esfumó. Todo se puso feo. Creo que Gran Bretaña perdió la confianza", examina el director. "Después de eso apareció una nueva generación de actores británicos, Michael Caine, Sean Connery, que se parecían a los actores estadounidenses. Eso venía de una pérdida de confianza en ser británico", incide. Por eso, explica, quería hacer una película que rindiera homenaje a aquellos años.
En su paso por los festivales, Ishiguro también ha debutado como jurado. Fue en Venecia, donde compartió decisión con figuras como Julianne Moore o Rodrigo Sorogoyen. "Cuando pasamos tiempo viendo películas, si son buenas, no solo nos estamos entreteniendo, también estamos pensando en la vida", insiste. "Creo que es muy importante que tratemos de crear algo que sea realmente significativo y que tenga alguna relación con lo que es cierto en la vida, no solo para manipular las emociones del público".
Sobre el hecho de juzgar, le preguntamos sobre los Premios Nobel, galardón que posee él y también Bob Dylan y si podría ganarlo también un cineasta o un guionista. "Creo que fue importante cuando Bob Dylan ganó el Premio Nobel de Literatura. Me gustaría pensar que se debe a que el comité reconoció que el arte del cantautor formaba parte de la literatura", nos cuenta. "Escribir las letras de las canciones creo que es una forma de literatura, a medio camino entre el teatro, la poesía y la música, que el arte del cantautor ha desarrollado en los últimos 70 y 80 años. Y creo que Bob Dylan es una muy buena representación de una de las formas de arte más importantes que aparecieron. Así que me alegré".
Tras ejercer como guionista en esta película, el escritor confiesa que muchas de sus novelas tienen prevista adaptación al audiovisual. "Tengo unos siete proyectos de cine o televisión relacionados con mis libros en este momento, y siempre estoy discutiendo sobre ellos. Creo que no es algo muy saludable que el autor del libro intente escribir el guion. Puede haber algunas excepciones", reflexiona.
Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...