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Anastasia Téllez, experta en género y masculinidades: "La homofobia es uno de los pilares más potentes de la masculinidad tradicional"

Hora 25 pregunta a la antropóloga por el papel de los hombres en el feminismo y las nuevas y viejas masculinidades

Anastasia Téllez, experta en género y masculinidades: "La homofobia es uno de los pilares más potentes de la masculinidad tradicional"

Anastasia Téllez, experta en género y masculinidades: "La homofobia es uno de los pilares más potentes de la masculinidad tradicional"

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Madrid

Anastasia es antropóloga, directora del Observatorio de las Masculinidades de Elche y del Postgrado de Especialista Universitario en Masculinidades, Género e Igualdad, que se estrenó en enero de 2021 y fue el primer máster oficial universitario de esta temática en España.

PREGUNTA: ¿Qué espera el feminismo de los hombres?

RESPUESTA: Simplemente que se sumen a la lucha por la igualdad de género, por la igualdad entre mujeres y hombres. En definitiva, que sean igual de feministas que somos algunas de nosotras.

P: ¿Hay alguna diferencia, en lo que a los hombres se refiere, entre ser feministas o ser "aliados" del feminismo?

R: Es una manera de situarse más o menos cómodo en relación al feminismo, entendiendo que el feminismo es la lucha por la igualdad entre mujeres y hombres. Hay quienes prefieren seguir dándole el protagonismo que tienen las mujeres. El objeto del feminismo sería la igualdad de género entre hombres y mujeres y el sujeto serían las mujeres. Es un debate interno interesante.

P: ¿Hay cierta desconfianza en algunos sectores del movimiento feminista hacia los hombres, que también empiezan a involucrarse en la lucha por la igualdad?

R: Pues sí, como en todo lo que en un momento determinado se pone sobre la palestra, pues también hay impostura y postureo, hay hablar y luego no hacer, hay decir "soy feminista" y estar en grupos de hombres proigualitarios, pero luego de puertas para dentro, en casa, no ser tan feminista, entonces, efectivamente, hay cierta desconfianza.

P: ¿Qué entendemos por masculinidad clásica, hegemónica o tradicional?

R: La masculinidad hegemónica está por encima de nuestras cabezas, que se se traduce en la práctica en cada hombre de una manera concreta. Uno se amolda más a esa idea, a ese prototipo, y otros menos. La forma de entender ser hombre en nuestra cultura de manera hegemónica sería la masculinidad hegemónica, que tiene mucho de la masculinidad tradicional, que sigue siendo patriarcal y que sigue teniendo estas características que todos seguimos teniendo en la cabeza de los hombres: son fuertes, valientes, competitivos, activos sexualmente, tienen que traer el dinero a casa, mantener a la familia... Después de décadas y décadas ha evolucionado el propio concepto de masculinidad, pero todavía queda mucho de esto que seguimos llamando masculinidad machista o patriarcal.

P: Empezamos a escuchar ahora conceptos como "masculinismo", "neomachismo", "postmachismo". ¿En qué se diferencian del machismo de siempre?

R: Masculinismo es una corriente, son esos hombres que ven amenazada su masculinidad, su identidad masculina, por el avance de las mujeres en términos de igualdad. Son los machos más machos, más machistas. Es una reacción al feminismo. Se vuelven más masculinos y más machistas que nunca. Yo diría que hay muchas maneras nuevas de seguir siendo hombres machistas que no son las del típico protagonista de una película de los años 70 en Televisión Española que tenemos en la cabeza, en la época del destape. Ahora ha hombres que, por ejemplo, colaboran en tareas de la casa, tienen una forma de tratar con hombres y mujeres que, a priori, no podríamos decir que eso es machismo, como sí en décadas anteriores, pero, en el fondo, siguen siendo machistas en muchas otras facetas. Entonces este neomachismo o postmachismo es como un machismo más encubierto, más difícil de detectar, pero igual de dañino y de reproductor de la desigualdad de género y perjudica a hombres y a mujeres.

P: ¿Podemos hablar de un movimiento masculino de liberación a la masculinidad tradicional tóxica, del mismo modo que en su día lo fue la liberación de las mujeres con respecto a un papel social prescrito por la cultura?

R: Claro. Y no es para decir que ya está todo hecho, ni muchísimo menos, pero yo, que llevo ya tres décadas con este tema, estoy especialmente contenta. Es un porcentaje aún pequeño de hombres que toman conciencia de la desigualdad de género, que ven cómo les da libertad el tema de ser feministas y cómo, por supuesto, beneficia a las mujeres, pero también les beneficia a ellos, beneficia a la sociedad y nos beneficia a todos.

P: Hombres que pasan a la acción, por ejemplo, son los que asisten a grupos de hombres contra el machismo. ¿Crees que son necesarios estos grupos?

R: Son grupos de hombres que se reúnen con la idea de poder expresarse. En muchísimas ocasiones los estudios evidencian que suelen ser hombres ya en la treintena, cerca de los 40 años. Cuando viven en pareja y empiezan a tener hijos y hay que hacer el reparto del hogar y ver ese tipo de relación con su pareja, mujer, con sus hijos...Es en ese momento cuando ellos empiezan como un proceso de deconstrucción. O cuando tienen, por ejemplo, hijas mujeres y no quieren machismo para ellas. Empiezan a trabajarse internamente. La inmensa mayoría que se acercan a grupos de hombres se reúnen una vez al mes o cada 15 días o una vez al trimestre. Un grupo de hombres es un lugar donde pueden los hombres hablar sin la coraza, sin la jaula dorada que el patriarcado les ha impuesto. Y empiezan a expresar sus miedos, sus dudas, su impotencia sexual, su problema consigo mismo, con su mujer..., en fin, a hablar de cosas que en ámbitos masculinizados, con colegas, con compañeros del trabajo, con amigos de toda la vida, no se hablan.

P: Los roles tradicionales oprimen, desde luego, a las mujeres, pero también a los hombres, ¿no es así?

R: Sí, totalmente, de muchísimas maneras. En la salud, por ejemplo. Hay estudios que demuestran que los hombres no van a hacerse revisiones de colón o de próstata o a controlar su ansiedad o su insomnio porque acudir al médico no es cosa de hombres. Las mujeres sí toman sus ansiolíticos o sus medicinas, sí acuden a su psiquiatra o su psicóloga, pero a ellos les cuesta muchísimo. En la crisis de 2007 el suicidio entre los hombres por temas de desempleo ascendía a un 75%. Esto tiene mucho que ver con el patriarcado, esta masculinidad tradicional provoca que cuando uno de estos hombres se encuentra en paro, o siente que no abastece a su familia, se convierte en un mantenido, se considera menos hombre, un fracasado. Son los mandatos de la masculinidad. Como decía, no acuden al médico o al psicólogo, sino que cuando entran en el pozo de la depresión lo hacen profundamente. Esto es un ejemplo de los muchos que podría contar.

P: ¿Y cree que por lo general los hombres conocen la existencia de estos grupos?

R: Yo creo que no, porque hay muy pocos. Hablamos de 30 o 40 grupos en España a los que van diez, 12 o 15 hombres de media. Y suele ser porque un amigo o un compañero se lo comenta. Pero algo es algo. Referencias culturales como la nueva serie de Macho Alfa de Netflix también puede ayudar a poner estos grupos de hombres en el debate público.

P: ¿A qué retos se enfrenta un nombre a la hora de deconstruir su masculinidad? ¿Cuáles son las principales barreras a derribar en ese modelo tradicional o tóxico?

R: Han construido su identidad en relación a ser hombre con esta masculinidad tóxica. Yo entiendo que es darle la vuelta al calcetín, se tiene que poner patas arriba toda tu manera de relacionarte. ¿Cómo te has relacionado, por ejemplo, con tu padre? ¿Qué contacto físico tienes con él, o has tenido con él, si ya ha fallecido? ¿Cuántos hombres dicen "Murió mi padre y nunca le dije que le quería, nunca le di un abrazo"? Determinadas generaciones más mayores se tocan de una manera muy concreta por el miedo a que se les considere que son homosexuales, la homofobia es uno de los pilares más potentes de esta masculinidad tradicional. Ahora vemos nuevas generaciones, chicos más jóvenes, los ves en la playa, que sí se pone uno a otro la crema del protector solar. Va cambiando la cosa, pero no fue así con sus padres o abuelos.

P: Hablabas antes de la necesidad de crear políticas públicas de igualdad enfocadas a hombres, ¿a qué tipos de medidas te refieres exactamente?

R: Políticas desde la base, de lo que sería la necesaria coeducación, que no estamos dando en condiciones, trabajar el tema de cómo ser un chico, cómo ser un hombre y no ser machista, así de básico. Y a partir de ahí, políticas centradas en temas de conciliación, temas del control de las emociones, de la violencia de género, las relaciones afectivo-sexuales igualitarias, el tema de la sexualidad de manera no machista, el consumo de cuerpos de mujeres, de prostitución, de trata, etcétera. Dependería de la edad del grupo de chicos al que fuera enfocado el tema.

P: Catalunya plantea abrir servicios dirigidos a agresores para trabajar las nuevas masculinidades. ¿Dónde va el hombre que quiere pegar matar a su mujer y ve que no puede controlarse a sí mismo? ¿Es una tarea pendiente de las administraciones proporcionarles una ayuda?

R: Yo entiendo que sí, pero veo muchísimo más difícil atender eso que empezar por prevenirlo a través de la educación y la socialización. Lo que no podemos hacer como sociedad es seguir gastando bromas o haciendo chistes o reproduciendo películas que transmiten la violencia de género. Hay mucho que deconstruir. El puñal del hombre que asesina a su mujer tiene mucho de sociedad y cultura, tiene mucho de nosotros y de nosotras. Habría que empezar de verdad a tomarse muy en serio el tema de qué estamos reproduciendo sobre la relación de pareja, sobre la masculinidad, sobre la feminidad, sobre el tema de la sexualidad... Lo más necesario y urgente ahora mismo tiene que ser educar de otra manera y no lo estamos haciendo del todo bien. ¿Qué hace un hombre que discute con su mujer, es celoso, posesivo, machista, violento y no encuentra en ese momento a dónde acudir? No soy psicóloga, pero si hubiese recursos suficientes a lo mejor podría recurrir a ellos.

Adriana Calvo Solís

Adriana Calvo Solís

Graduada en Filología Hispánica por la Universidad de Valencia. Especializada en Teoría y Crítica de...

 
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