Frente a las milongas envenenadas

Madrid

Cuando me levanto por la mañana y constato que apruebo, más o menos, la ITV cotidiana, lo agradezco a mis diosas. Desde hace un tiempo también les agradezco no tener que ejercer la noble profesión de periodista en una actualidad que me obligaría a escuchar, no ya tontunas, que esas las podemos decir todos; de los políticos a sus porqueros, pasando por una misma. Me obligaría a escuchar, la profesión, en esta actualidad repleta de opositores desnortados, tal sarta de mentiras y de calumnias que no sé si podría dejar de propinarles un alcachofazo o microfonostia.

Es por ello que me he puesto a barruntar qué puedo hacer por vosotros, queridos y amadas colegas que os enfrentáis a diario con las milongas envenenadas que sueltan nuestros cínicos MaryConstitucionalistas. Lo he pensado, y voy a inventar una aplicación. Mejor dicho, lo que voy a patentar será una APP, pero con mayúsculas, con A de Alianza, P de partido y otra P, de Popular: ¡APP! Algo que os advierta a tiempo de lo que se avecina y os dé margen para desembridar el airbag.

Sería como ese mensaje aterrador que me envía el reloj inteligente cuando golpeo la mesa con el puño, sólo que, en vez de preguntar si te has caído y de dar las instrucciones pertinentes, avisaría: “Cuidado, ataque inmediato de Síndrome de Déficit Democrático. ¡Uuuuh, uuuuh! ¡Evacuación, evacuación!” Y como fondo de pantalla, el rostro de Cuca Gamarra, con la boca en movimiento.

Por mis diosas que me forraría.