Víctor Santamaría: "El éxito de Canal Plus fue darle a un partido de fútbol toda la parafernalia de un musical"
La bronca perpetua, viaje de ida a Urtain y la entrevista a Víctor SantaMaría
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Madrid
Es mucho más que un realizador de televisión, es el reinventor de un mundo que cambió para siempre en la década de los 90 nuestra forma de ver los partidos de fútbol, baloncesto, las carreras de coches o los eventos taurinos. Con él, al frente de la realización de retransmisiones deportivas y taurinas en Canal Plus primero y Movistar Plus después, llegaron las mini cámaras y las cámaras superlentas; los eternos travellings; los dispositivos detrás de las porterías y las cámaras colgadas de un helicóptero, sobrevolando un estadio, mientras se inventaban los drones. Y todo para que pudiéramos ver lo que nunca antes habíamos podido disfrutar, porque hasta entonces se entendía que lo que ocurría en un vestuario, la capilla de una plaza de toros o lo que hablaban un arbitro y su asistente en un terreno de juego no podía darse a conocer a los aficionados.
Santamaría, fichado en 1990 por Alfredo Relaño, a quien el realizador define como un "enorme director de equipos y un periodista con una gran cultura, que además escribía muy bien y nos dio toda la libertad que necesitábamos", recuerda que la clave del éxito de la última cadena privada en aparecer en la época tras Antena 3 y Telecinco, siempre fue "la innovación, una mirada virgen, poco preconcebida, algo inconsciente y muy libre", además de que "todos allí teníamos claro que éramos la primera cadena de pago y cuando pagas por algo, el producto tiene que ser bueno y diferente". Y lo hicieron. Y nació ese sello de televisión rigurosa, en la que ni un sólo plano estaba huérfano de valor informativo, y estética, donde la belleza siempre acompañaba y suponía un plus a lo que se contaba.
Hay en Víctor Santamaría una ferocidad tan urgente en quitarle protagonismo al exitoso relato de su trayectoria profesional, "Si alguien entiende que todo aquello pudo hacerlo una persona, que todo aquello no fue colectivo, es que no entiende cómo es este trabajo", como un implacable deseo por convertir su tarea como realizador, los ojos de cientos de miles de aficionados, en un desafío total y constante: que existan las previas de los partidos, que se pueda ver lo que hacen los aficionados en las gradas, los jugadores y árbitros en el campo, los entrenadores en el banquillo o los presidentes en los palcos: cómo se comportan, qué les emociona y cómo lo demuestran, tanto en las retransmisiones en directo como en programas tan míticos como "El día después". "Hay mucha gente que no entiende el fútbol contándolo antes, y lo respeto. Pero para mí un espectáculo como ese empieza siempre antes y tiene muchos protagonistas. La previa es el envoltorio del solomillo que es el partido. Todo cuenta, todo es importante".
Como importante resultó aquella tarde en la que Víctor, un enamorado irredento de la ciencia ficción, fue al cine a ver la película "Desafío total" y al escuchar la banda sonora, que después sería la de cientos y cientos de retransmisiones de partidos de fútbol del Plus, se dijo: "Esta es la sintonía de los partidos. Porque yo buscaba algo heroico y épico que respaldase las previas de los encuentros. Y me dije: el fútbol es esto".
Y de la misma forma que uno podía saber a golpe de vista de un segundo si la retransmisión de ese partido era de Víctor Santamaría, no tardó mucho más el aficionado de otros ámbitos en comprobar cómo se podía transformar radicalmente una retransmisión de un espectáculo taurino, que desde la llegada de la televisión a España a finales de los cincuenta, no había sido relatada de una manea distinta. "En mi casa siempre hubo una gran cultura taurina, mi madre, por ejemplo, no paraba nunca quieta y sólo se sentaba si la televisión española daba una corrida de toros".
Fueron las retrasmisiones taurinas lo más diferente a lo que tuvo que hacer frente Víctor Santamaría. "Una corrida de toros es más como una obra de teatro, no tiene nada que ver con un partido de fútbol. Es otra cosa. Los toros tienen una dimensión artística y otro ritmo, aunque la responsabilidad de un Madrid-Barcelona no se puede comparar con nada".
Y ahora el asesor de nuestros ojos, la mente que convirtió durante décadas las noticias en las mejores imágenes y la mano que escribió toda una filosofía sobre el enamoramiento de la pasión y el entretenimiento, se marcha. Se jubila y dice adiós. Y lo hace con la misma importancia y trascendencia que cuando llegó: ninguna.
Sergio Castro Salillas
Redactor y guionista en la SER desde 1996. Estuvo en La Ventana, A Vivir y ahora es redactor de Hoy...