Rocío Quillahuaman: "Cuando me hablan de meritocracia, me parece una broma"

Madrid

"Es un ser humano que ha escrito una biografía que es todo un anecdotario de racismo. El libro tiene 189 páginas. Ha escrito un libro en contra del odio, pero a la vez, y esto es real, es la persona que más gracioso odia de España". Esta es la entradilla que prepararon en Buenismo Bien para Rocío Quillahuaman (Lima, 1994), ilustradora que hace reír a miles de personas con cada una de sus animaciones, a pesar de que las historias que cuenta no suelen tener nada de graciosas.

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Quillahuaman acaba de publicar sus memorias, bajo el título Marrón, y en las páginas de su libro está con todo detalle su relación con el racismo como migrante peruana en España, está la falta de referentes, está la precariedad y está el síndrome del impostor, o el miedo a fracasar porque no hay un plan b como el que tienen los privilegiados que no necesitan cobrar para trabajar.

"Con el libro te ríes, también lloras, pero te ríes"

"Está todo mi sudor en el libro, está como manchado de lágrimas. Sangre, Mucho, mucho dolor. Yo pensaba que el libro no hacía gracia cuando acabé. Y dije, qué pena, porque se supone que yo hago humor y este libro no hace ni puta gracia. O sea, fatal. Pero luego se lo leyó mi marido y veía que se reía y dije, pues igual sí que hace gracia. Y ahora mucha gente me ha dicho que realmente se ríen, también lloran, pero se ríen".

"Cuando era pequeña, el único referente latino en el audivisual era Boris Izaguirre"

"Normalmente los influencers son gente blanca de aquí. No me lo había planteado, pero sí es verdad que por eso puede que me haya costado más creerme el éxito. De hecho, en el libro hablo un poco de eso, de cómo, al no tener referentes, me costaba, visualizarme a mí misma".

"He trabajado en muchos sitios de de creativos o del mundo audiovisual, y yo siempre era la única migrante. O en la tele. El único latino en la tele cuando yo era pequeña era Boris Izaguirre y todo el peso de lo latino caía en sus hombros. Era como el latino oficial. Luego yo quería hacer comunicación audiovisual, no hacer medicina y para convencer a mi madre era complicado".

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"Te comparas con gente que siempre tiene un colchón"

"Esta es una cosa que me ha dado mucha rabia siempre, lo veo en mis vídeos. Creo que es mi tema estrella. Porque te comparas con gente que realmente tiene un colchón y que se puede dedicar a estas cosas porque si no les va bien siempre tienen un plan B, que es el dinero que tienen por ahí, ¿no? Y luego hay gente como yo que no tiene eso, que se la está jugando realmente. Por eso tengo miedo constante de que se me vaya a acabar, porque es como bueno, ya que me dedico a algo que me gusta, pues me gustaría como a cualquiera seguir dedicándome a esto".

"Por esa parte a mí me parece como importante también ser, ya que puedo y que tengo esta oportunidad, al menos ser esa imagen para esas otras chicas que son como yo y que al menos me vean a mí. Y que si tienen que convencer a sus madres para estudiar comunicación audiovisual, que al menos me tengan a mí como referente de decir mira, a ella le ha ido bien".

"A veces en Barcelona pasa que te pones a pensar y dices 'ah, su padre es tal' o 'ahhh, que su madre se dedica a tal...' y ya lo entiendes. Y es como bueno... Supongo que tendrán cosas que contar y yo no quito que seguramente tengan talento, pero al final siempre acabamos escuchando las historias de la misma gente, del mismo tipo de gente. Y yo creo que eso es un problema en general. Creo que es más enriquecedor que hayan otras voces, que veamos a gente de clase trabajadora y no solo a este tipo de gente que está arriba y que se pone a explicar historias de la calle trabajadora y se nota muchísimo que es que no están hablando de una cosa que conozcan".

"Cuando me hablan de meritocracia me parece una broma"

"Yo vengo de la pobreza en Perú, escapando un poco de eso aquí, pero aquí mi situación sigue siendo no la misma, evidentemente, porque aquí la situación es distinta. En Perú vivía en un cerro, aquí no, no, eh. Pero aún así mi madre sigue dedicándose a lo mismo, con lo que el futuro de mi madre será igual de precarizado que el mío. Entonces entre las dos nos tendremos que cuidar. Entonces no somos pobres, pero sí que nos estamos destinadas..."

"A mí me parece una broma cuando me hablan de meritocracia, porque yo he visto a mi madre esforzarse toda la vida y no le ha salido, no le ha salido eso que dicen de que todo te va bien si te esfuerzas muchísimo, entonces, bueno, mi madre tampoco es muy consciente de eso, como que tiene esta mentalidad de que hay que trabajar, hay que trabajar, hay que trabajar y ya está. Pero no, tampoco piensa que eso vaya como a sacarla de donde estamos".