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¿Por qué Isabel Allende empieza sus novelas siempre el 8 de enero? La carta que cambió su vida

La escritora repasa las misivas más importantes de su vida como la que terminó convertida en "La Casa de los Espíritus"

Cartagrafías | Especial Isabel Allende

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La dictadura de Pinochet en Chile, que duró desde 1973 a 1990, dejó, según las Comisiones de Verdad, más de 40 mil víctimas y desaparecidos, entre ellos, el músico Víctor Jara o su presidente, Salvador Allende. La nueva situación política obligó a más de 200.000 chilenos a exiliarse. Isabel Allende, familia del presidente -su padre era su primo hermano-, periodista en ese momento, decidió refugiarse en Venezuela con sus dos hijos y con el que era su marido. Ella hasta entonces había escrito obras de teatro en su juventud, cuentos para niños pero no se había planteado la profesión de escritora como tal. Un día recibió una llamada de teléfono muy importante desde Chile: su abuelo, al que estaba muy unida, se encontraba muy enfermo. Esa misma noche, comenzó a redactar en la cocina, una carta dirigida a él, que cambiaría su destino.

"Tenía casi 100 años y no podía ir a despedirme de él, así que empecé la carta para decirle cuánto lo quería y que se fuera en paz porque yo tenía en la cabeza y en el corazón todas las anécdotas familiares, era un gran contador de historias, con un sentido del humor negro y gran ironía. Me di cuenta de que no era una carta como otras que le había escrito, empezaba con la historia de mi tía abuela Rosa, primera novia de mi abuelo, que murió en circunstancias misteriosas, parece que envenenada. Quería repetirle la anécdota que él me había contado y fue como un vórtex en el que me vi totalmente envuelta, casi en trance, fui recuperando todas esas historias que tenía dentro". "La Casa de los Espíritus' me dio un propósito, una voz, me puso en contacto con el mundo, me sacó de una existencia mediocre donde yo estaba y me lanzó en este camino sin retorno de la escritura", explica la escritora durante una entrevista por Zoom para Cartagrafías desde su casa en Estados Unidos.

¿Por qué Isabel Allende empieza sus novelas siempre el 8 de enero?

Aquella carta de despedida, se transformó en su primer libro, La Casa de los Espíritus, publicado en 1982. Por eso, desde esa noche, las novelas de Isabel Allende nacen un 8 de enero, día en el que llama a las musas de la escritura. Isabel es ahora una de las escritoras más leídas del mundo, con más de una veintena de libros publicados, traducidos a 42 idiomas. En junio de este año publicará nueva novela, "El viento conoce tu nombre", y hace unos días, anunció que, como cada 8 de enero, ha comenzado a escribir otro libro.

El libro -del que se ha publicado una edición especial 40 aniversario- fue un ejercicio de nostalgia que de algún modo, Isabel, había ido entrenando a lo largo de los años, escribiendo misivas. La costumbre epistolar le viene de familia, "principalmente de las mujeres, de mi madre y mi abuela". Con su madre mantuvo correspondencia durante décadas, prácticamente se escribían a diario. Conserva en casa unas 24.000 cartas compartidas con ella. Las primeras son de cuando Isabel tenía 16 años y su madre vivía en el extranjero con su padrastro, diplomático de profesión. Eran tiempos de esperar con emoción, cartas que tardaban semanas en llegar: "Es la vida de ella y la mía día a día, con la emoción del día, las mías eran más bien periodísticas y las de mi madre eran a mano con una preciosa caligrafía y un bellísimo castellano". "Me escribía a veces varias veces al día y el compromiso era que, cualquiera que sobreviviera a la otra, las destruiría, porque son absolutamente impúdicas, hablamos de todo, pero no pude romperlas, le va a tocar a mi hijo".

24.000 cartas compartidas con su madre: "No pude romperlas aunque era nuestro compromiso"

Su madre falleció poco antes de la pandemia pero Isabel no rompió las cartas, que era lo pactado, y sigue escribiéndole a diario porque es su manera, asegura, de "registrar el día" y de "ordenar sus pensamientos". Su madre inspiró su libro, Violeta, publicado en 2022, escrito en formato epistolar.

Otro libro epistolar, que tuvo gran repercusión de Isabel Allende, fue el de 'Paula' dedicado a su hija, publicado en 1994. El punto de partida fue un suceso trágico: cuando su hija, Paula, de 29 años, enfermó, y poco después cayó en coma. Es un libro de memorias donde la escritora le va contando, a través de cartas, la historia de sus antepasados: infancia, juventud, trabajo -uno de sus primeros empleos fue como redactora de una revista feminista llamada Paula, como su hija por cierto-, de relaciones, maternidad, el Golpe de Estado y otros temas que reconstruyen su vida. A raíz de su publicación, recibió cientos de cartas de todo el mundo de gente que empatizó con sus sentimientos. Publicaron un libro con una selección de algunas de ellas, 'Cartas a Paula'. La propia Isabel nos lee un fragmento de una de las que más le emocionó, la de una estudiante de Medicina llamada Erin Coleman.

Isabel Allende lee una carta que le envió una estudiante de Medicina tras la muerte de su hija

También nos contaba Isabel, que su hija, antes de saber que estaba enferma y tras un raro sueño, dejó una carta de despedida que todavía conserva. Paula trabajó como voluntaria en comunidades marginales y tras su muerte, en honor a ella, su madre creó la Fundación Isabel Allende que ayuda a mujeres de todo el mundo en diferentes ámbitos. En Estados Unidos, por ejemplo, asisten a mujeres de estados donde se ha eliminado o limitado el derecho al aborto. Conservan muchas cartas de petición de ayuda y de agradecimiento.

Las cartas han sido esenciales para el proceso de documentación de libros como "La Hija de la Fortuna" porque en ellas "está la vida privada más allá de los documentos oficiales". Sobre misivas amorosa, la escritora asegura: "Ojalá pudiera recuperarlas y destruirlas todas porque "no hay nada más cursi que una carta cuando uno está enamorado".

Para terminar destacamos tres reflexiones de Isabel Allende sobre las cartas: "las cartas son buen lugar para enfriar la mente cuando uno está herido", "suelo imprimir los correos electrónicos personales importantes para que no se pierdan" -como los de su hermano- y "la correspondencia nos permite preservar la memoria".

Como comentaba el otro día el director de Museos de Terque en Almería, donde conservan 40.000 cartas de distintos periodos históricos en España, hay que mantener la costumbre epistolar. Figuras como Isabel Allende la mantienen viva.

Laura Piñero

Laura Piñero

Cartagena (1985) Periodista de la SER desde 2009. Ha pasado por Hoy por Hoy, A vivir Madrid y actualmente...

 

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