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Punto de Fuga
Internacional

“Un reto humanitario sin precedentes” en Pakistán

Las inundaciones han dejado un rastro de destrucción con cuatro millones de niños que viven cerca de aguas estancadas y contaminadas

Inundaciones en Pakistán. / FIDA HUSSAIN

Cuatro millones de menores siguen viviendo junto a aguas estancadas y contaminadas por las inundaciones que han dejado un rastro de destrucción en todo Pakistán. Las consecuencias de las fuertes lluvias monzónicas han creado “un reto humanitario sin precedentes, poniendo en riesgo la vida de millones de niñas y niños”, en palabras de Rocío Vicente, Técnico de Programas Internacionales de UNICEF.

Aún hoy, más de cuatro meses después de la declaración del estado de emergencia nacional en el país, no se ha solucionado una situación que “está poniendo en riesgo su supervivencia”. A la salubridad se suman casos de desnutrición y falta de atención sanitaria, según la organización, “lo que eleva la cifra a 9,4 millones de niños y niñas que necesitan ayuda humanitaria esencial para para poder aliviar el sufrimiento”.

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Se trata de una emergencia sin precedentes por la destrucción de infraestructuras básicas, centros de salud y carreteras, que ha complicado la entrega de ayuda, la atención y los servicios más básicos. Las organizaciones trabajan para que la ayuda llegue a la población más vulnerable “con equipos móviles”, cuenta Vicente.

Además, señala que estas lluvias “también han alterado todos los servicios de salud, hay escasez de agua potable, hay una dificultad con respecto al saneamiento y toda esta confluencia es devastadora y está causando muertes y elevadas tasas de morbilidad, sobre todo las niñas y los niños más pequeños”. Las condiciones facilitan la transmisión de enfermedades letales en los más pequeños. “El agua ha matado y arrasado con todo en su paso, pero el agua contaminada insalubre también es mortal en el corto y en el medio plazo”, subraya.

En los primeros días de la emergencia, UNICEF repartió más de 60 toneladas de suministros esenciales, entre ellos medicinas, agua, pastillas potabilizadoras y alimento terapéutico. También centros temporales para dar cobijo a las víctimas de las lluvias torrenciales que arrasaron con todo a su paso. Todavía se espera que el agua tarde meses en irse.

Pakistán suma cada vez más crisis humanitarias, en más sitios, más duraderas y que afectan a mayores capas de población, según la trabajadora humanitaria. Como consecuencia de la crisis climática “se acelera la vulnerabilidad de la zona” y queda “menor espacio para para la recuperación”. Ante este reto, la comunidad internacional debe ofrecer no solo respuestas inmediatas sino “soluciones duraderas”, reclama.