Felicidades al PP
Es probable que la amenaza del Gobierno central, requiriendo al gobernante del PP a retraerse, haya conseguido sus efectos de forma inmediata, so pena de un buen lío judicial
Barcelona
De sabios es rectificar, porque reconocen que se han equivocado y deben enmendar. O al menos, es de listos, porque saben que de su error sacarán más maleficios que beneficios.
En todo caso, felicidades al PP, porque con una intención u otra, ha rectificado. El presidente castellano y leonés ha decidido finalmente que no obligará, ni instará, ni sugerirá a los médicos que torturen a las mujeres -a las que están a punto de abortar-, para que escuchen los latidos del corazón del feto. Con ello se distancia, al menos aparentemente, con la propuesta de su vicepresidente, un ultra de Vox.
Esta inmoral presión inmoral estaba copiada de la nueva legislación de Hungría, elaborada por el Gobierno semi-fascista de Víktor Orbán, un marchamo de antiliberalismo y crueldad.
Es probable que la amenaza del Gobierno central, requiriendo al gobernante del PP a retraerse, haya conseguido sus efectos de forma inmediata, so pena de un buen lío judicial. O bien que los cálculos de ganancias electorales fuesen contraproducentes: o sea, que en vez de mejoras, acarreasen pérdidas.
Pero no toca juzgar intenciones, sino realidades. Y la realidad es que el Partido Popular ha dado marcha atrás en su medida extremista. Mejor así para todas las mujeres. Sin duda alguna. Y que no reincidan.
Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...
