Sundance 2023 | Gael García Bernal brilla en su interpretación de 'Cassandro', emblema queer de la lucha libre
El actor mexicano se convierte en Saúl Armendáriz en un reivindicativo biopic que busca romper la fuerza del heteropatriarcado en el Festival de Sundance
Park City
Que el cuerpo es performativo y que todo se lo puede apropiar uno, incluso lo malo, lo sabe el colectivo queer desde hace años. Lo intelectualizó Judith Butler, pero antes de eso, muchas, muchos y muches supieron romper las estructuras de lo binario y de lo masculino, a veces a la fuerza, otras con diversión. Saúl Armendáriz fue uno de ellos. Este mexicano nacido en la frontera con Estados Unidos, se mueve, como todo ser fronterizo, entre una identidad y otra. A mitad de camino entre un país y el otro, a mitad de camino entre el español y el inglés, entre lo masculino y lo femenino, entre el dolor y la risa. Así es Cassandro, el biopic de este icono, conocido como el Liberace de la lucha libre, que interpreta y produce, el actor mexicano Gael García Bernal.
Con una interpretación soberbia, García Bernal, experto en dar vida en la gran pantalla a personajes reales y carismáticos, como el Che Guevara en Diarios de motocicleta o Pablo Neruda en el filme del chileno Pablo Larraín, se adentra ahora en este nuevo viaje. "Dije que sí nomás por la lucha libre", bromeaba en la alfombra roja, antes del estreno mundial de esta película en el Festival de Cine de Sundance. Una película independiente que ya ha comprado la plataforma Amazon Prime Video, por lo que tendrá estreno internacional. Detrás de todo está el cineasta afroamerciano y queer Roger Ross Williams, ganador del Oscar por el corto documental Music by Prudence, que tuvo también su estreno en este certamen. "Gracias a Sundance por hacerme un cineasta", iniciaba el realizador la presentación del filme.
La película aborda diversas cuestiones interesantes. La masculinidad y la ruptura de ella desde algo tan sumamente macho como es la lucha libre, pero a la vez tan estilizado y lleno de performance y hasta de erotismo. El leopardo, el maquillaje, los movimientos dulces del protagonista en el ring, contrastan con la violencia de un deporte, con los gritos homófobos del público, al que costó aceptar a este nuevo luchador, que logró la gloria, pero que tuvo que ganársela a fuerza de ser uno mismo y no dejarse amedrentar por otros. "Es una película importante para el movimiento queer, porque habla de reconocerse a uno mismo, eso nos ha pasado a muchos que militamos en el colectivo", reconocía el director, acompañado del actor y del propio protagonista, Saúl Armendáriz, engalanado con capa, brillos y piernas al aire, con su pelo teñido de rubio y gritando y riendo durante la proyección, celebrando la vida, su vida y también la de muchos disidentes que se hicieron mainstream a fuerza de ser diferentes y logran la aceptación de colectivos, a priori, opuestos, como esos hombretones que llenaban las gradas de garajes, estadios para presencial las peleas.
Cassandro no es un nombre baladí, tiene mucho que ver con la idiosincrasia mexicana, esa que no se pierde a pesar de estar en Estados Unidos. Mientras cosía ropa junto a su madre, veía telenovelas y soñaba con una historia de amor como la de Casandra, de quien tomó el nombre. Armendáriz pudo hacer todo eso gracias a dos mujeres, su madre, a la que homenajea en cada outfit y su mentora, Lady Anarquía, una luchadora que le ayudó a hacerse un nombre en ese mundillo.
"Estamos en un momento donde están visibilizadas las voces que están en contra, que que tratan de quitar los derechos. Pero también, por otro lado, diría que hay un desarrollo fortísimo y una aceptación muchísimo más grande. La sociedad misma se ha dado cuenta de que que no hacía falta tanta bronca con esa actitud homófoba, y de que todo el mundo puede ser como quiera. Es un momento extraño en ese sentido este, pero creo que la alegría también ayuda. Y que como público también veamos estas películas, pues ayuda para que la conversación se vuelva un poquito más rica", decía el actor a la Cadena SER.
Vale la pena solo ver la película por esas escenas en las que el actor entra al ring de boxeo seguro de sí mismo y a ritmo de versiones en español de canciones como I Will Survive. Y por cómo Gael García Bernal interpreta a esa dualidad, el Cassandro real y el Cassandro personaje. Al fin y al cabo, la película habla de cómo lidiar con un alter ego. No es el primer papel queer que interpreta el actor, que saltó a la fama tras el éxito de Y tu mamá también, la película de Alfonso Cuarón. Lo vimos en el papel de una mujer trans en La mala educación, la película de Pedro Almodóvar, donde también lograba interpretar una dualidad.
Quizá lo más obvio del filme es el uso del flashback para explicar el trauma de la infancia del protagonista, el desapego con el padre, con la figura masculina y tradicional, frente al amor de lo femenino. Quizá es amable con la la adicción a las drogas del personaje y con su relación tóxica con otro luchador, interpretado por el actor Raúl Castillo, un padre casado que se convierte en el amante secreto de Cassandro, en una insistencia más de cómo el heteropatriarcado es malo también para los propios hombres. Aparece también la estrella reguetón Bad Bunny, como compinche del mánager de Gael García Bernal, en una pequeña trama sobre corrupción y tráfico de drogas.
La inmigración y la frontera también están presentes en esta historia en la que todos los cuerpos transitan de un lado a otro, nadie tiene asegurado nada, todos se mueven en busca de algo mejor. Esos migrantes mexicanos que corren por las calles de El Paso y Ciudad Juárez, que vienen de México tras días sin comer escapando de la policía. Esos a los que el estado americano cierra el paso con vallas cada vez más fuertes y más altas. Pero como bien enseña Cassandro, a los cuerpos no se les puede poner barreras, porque siempre las acaban saltando.
Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...