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Sundance 2023 | 'Mamacruz', Kiti Mánver y la defensa de la sexualidad de nuestras abuelas

La actriz presenta en el Festival de Sundance la película de Patricia Ortega, una bonita historia de empoderamiento, amor y amistad de las mujeres de una generación a las que el patriarcado les robó el deseo

Fotograma de Mamacruz / cedida

Fotograma de Mamacruz

Park City

La maternidad ha sido uno de los temas que ha entrado en la nueva literatura y el cine actual. Tratado desde perspectivas diferentes, con mujeres escritoras o guionistas o directoras tras esos nuevos relatos, hemos visto cómo son las malas madres, cómo se concilia, cómo se vive en precariedad y algo tan básico y tan edulcorado, hasta ahora, en la ficción como un parto. La llegada de nuevas voces y perspectivas ha llenado también las películas de una nueva sexualidad. Esa que no solo tiene que ver con el deseo masculino, la male gaze, que diría la teórica Laura Mulvey. Ahora son las mujeres las que toman el control de su propio cuerpo y de su deseo, a pesar del patriarcado y de la religión.

Entrevista | Kiti Mánver y Patricia Ortega, 'chochos empoderados' en Sundance

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Eso es exactamente lo que hace Mamacruz, película española en competición en el Festival de Cine Sundance. Dirigida por la directora venezolana Patricia Ortega, tiene como protagonista a una mujer de setenta años. Una estupenda Kiti Mánver, que ha llegado a Park City acompañando a la directora y al equipo de productores sevillanos liderados por Omo Figueredo, en uno de esos papeles que nos acompañarán todo el año. Con ellos la actriz ya rodó El inconveniente, papel por el que estuvo nominada al Feroz y al Goya. Ahora, la actriz de Antequera, se convierte en una abuela, que cuida de su nieta y que cose ropa para los santos de la Iglesia. Estamos en Sevilla, una ciudad marcada por el peso de la tradición y de la religión, donde esta mujer vive casi sin hablar con su marido y entrando en internet para hablar con su hija, que se ha ido a trabajar fuera.

Los cuidados, las nuevas maternidades, las relaciones entre madres, hijas y abuelas aparecen en una película con una cuidada puesta en escena. Una fotografía elegante nos hace recorrer la casa de esta mujer, una casa de clase obrera, con dignidad y nostalgia. Esa casa es la casa de nuestras abuelas, aquellas a las que nunca las vimos como mujeres que desean, sino como trabajadoras al servicio y el cuidado de los demás.

"Mamacruz es una oda a los chochos empoderados. Eso que quiere decir que cuando nuestros chochos se convierten en sujetos de su propio deseo y dicen basta ya, ahí la vida cambia", cuenta la directora Patricia Ortega a la Cadena SER.

Kiti Mánver y su personaje, mucho más castizo, mundano y pragmático que el que Emma Thompson presentó aquí en Sundance hace un año con Buena suerte Leo Grande, pone fin a la presión del patriarcado sobre los cuerpos de nuestras abuelas. Por azar, toqueteando un iPad descubre el porno, y de ahí los orgasmos y la amistad femenina, la sonoridad, y el drama de otras mujeres que, como ella, siempre vivieron por y para los hombres y todo el universo masculino.

"Siento que la historia es un homenaje a mi mamá, a mi abuela y creo que más allá de una generación, yo sí creo que todavía hay muchas mujeres, sin importar la edad, que dependiendo de dónde nacen, de la situación económica y cultural en la que están, abandonan sus cuerpos, abandonan sus fantasías, abandonan sus deseos y se sacrifican por su familia y pasan la vida al servicio de los demás", explicaba la directora en Sundance que dice que todo surgió de una foto de su madre desnuda que encontró. "Al ver esa hablé mucho con ella y, en ese encuentro, me di cuenta de que la conozco como mamá, pero no como mujer y que pasa mucho. Si buscas por internet abuela, sale una señora tejiendo o con un nieto no tejiendo con un nieto. Y no vas a ver una mujer en una escena erótica, porque pareciera que el erotismo, la sensualidad, va de la mano de la juventud", añade la directora dispuesta en esta y en su anterior película en romper roles y etiquetas que encasillan a los cuerpos.

Mamacruz se mueve con respecto por la imaginería religiosa, de esa Semana Santa sevillana, donde muchos cofrades participan. Los planos de la iglesia, las vecinas, los santos, la ropa que cose el personaje, Patricia Ortega cuida cada detalle de esta película que podría ser un cuento de hadas pero donde la princesa deja la corona y la cambia por unas bolas chinas. "Tengo que decir que es algo que no solamente les pasa a las abuela. Son cosas que les pueden pasar a mujeres más jóvenes, más veces de lo que nosotros imaginamos. Mujeres que están casadas y que no reciben placer y son gente joven", contaba Kiti Mánver.

La veterana actriz, lleva desde los 70 en el cine y el teatro de nuestro país. Ha sido chica Almodóvar, ha trabajado con Gutiérrez Aragón, Urbizu o Icíar Bollaín y hasta ha salido en La casa de papel, la ficción estrella de Netflix. Ahora se atreve con este papel que, sin duda, nos acompañará todo el año. Ni la actriz, ni la directora tienen pudor al mostrar el cuerpo desnudo de una mujer madura, algo desgraciadamente nada habitual ni en el cine ni en la televisión.

Para ambas la inspiración fue Santa Teresa. "Fue como nuestro faro, fue nuestra guía y nuestra inspiración", cuentan. "Yo sí creo que hay mucho erotismo en la religión. La religión es pasión, es una expresión cultural. Creas o no en ella, la fe es pasión, es fervor. Una cosa es la Iglesia como institución y otra cosa es la gente creyente que practica y se apropia de todo y Sevilla es muy particular en eso", dice Patricia Ortega. "Vas a la Semana Santa y la gente hace lo que le da la gana. Y en Latinoamérica también. Por eso, creo que erotismo y religión no están separados, están juntos". En esa línea hablaba también la actriz. "La Iglesia es muy lista y aparta el sexo, sobre todo para la mujer que solamente le sirve para parir. El hombre sí puede tener sexo. Entonces es como una injusticia de una cosa completamente fuera de lo natural".

Mamacruz es la defensa del cuerpo, de la vida y de lo natural, entiendo el sexo como algo sano y positivo. Un mensaje revolucionario en el momento actual, donde los feminicidios y la violencia contra las mujeres no cesa. Sin un solo lema político, Mamacruz hace suyos todos los cánticos del feminismo y de lo queer. El hermana yo si te creo está en esas mujeres que se juntan en un taller para aprender a tocarse y a darse placer. El solo sí es sí. Van surgiendo en el camino que emprende este personaje, un bonito homenaje a las mujeres de una generación que nos criaron entre el miedo y entre las ganas de libertad.

Pepa Blanes

Pepa Blanes

Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...

 
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