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Onicofagia: los riesgos para la salud de un hábito que practican 7 millones de españoles

El vicepresidente de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, Pedro Gorrotxategi, explica las "causas emocionales" de una costumbre que puede convertirse en una compulsión

Un 30% de los niños se muerden las uñas

Madrid

La palabra "onicofagia" es un término, a priori, desconocido, pero se calcula que el 15% de los españoles la padece. Y es que según la consultora Ipsos, más de siete millones de personas "se muerden las uñas". Este es el nombre que ha otorgado la comunidad médica a un hábito compulsivo. Acorde a los psicólogos, quienes lo padecen son incapaces de controlarlo, ya que, en su mayoría, realizan este acto de forma inconsciente.

Si bien puede ser una manía adquirida, lo más habitual es que tenga una causa emocional o de conducta, que requiere de la ayuda de profesionales para su corrección. Este problema es más frecuente en los niños. De hecho se calcula que un 30% de los menores entre los siete y los diez años tienen esta costumbre. Una cifra que aumenta hasta el 45% en la adolescencia, como refleja la Sociedad Española de Medicina Interna.

Pedro Gorrotxategi, explica que "lo más frecuente" es que se deba al "estrés o a la ansiedad". "Los niños lo hacen para relajarse, pero no hay causa especifica", asegura. Aunque con el tiempo "disminuye la incidencia", reconoce que hay adultos que no son capaces de eliminar ese hábito.

"En adultos hay una incidencia menor, ya que poco a poco van dejando de mordérselas, pero hay quienes siguen", declara. Aunque aún quedan muchos estudios para determinar otras características, el pediatra asegura que es más común en "niños que en niñas". Como solución propone algunas actividades para la canalización de esa ansiedad.

"Morderse las uñas es como las pipas"

"Debemos tratar de descender la ansiedad de los niños y niñas, por ejemplo, con actividades físicas", recomienda el doctor Gorrotxategi. Pese a que no existe una causa determinada y universal, señala que "la imitación" puede ser uno de sus orígenes, ya que los niños "recrean las acciones de sus padres, por lo que si ven a los padres haciéndolo puede tener más incidencia".

El vicepresidente de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria hace una distinción entre morderse las uñas y comérselas. Considera que el segundo acto "no es malo", pero puede derivar en infecciones y "puede desgastar los dientes o la mandíbula": "Es como las pipas, supone un movimiento constante, pero no da una lesión importante", matiza.

Mordex, el supuesto remedio vasco éxito en ventas

De forma irónica comenta que las uñas como alimento no tienen valor nutricional y que, de hecho, "pueden ser perjudiciales" al ser elementos de "difícil digestión". Preguntado por una posible recaída de quienes han abandonado ese hábito, señala que es "completamente diferente a los exfumadores". "Es una forma de matar el estrés no es un vicio", recalca.

Por último ha recordado que no existe ningún tratamiento eficaz. Tampoco sirve el Mordex. Este esmalte posee un sabor amargo que, supuestamente, genera rechazo en el usuario cuando procede a morderse una uña. Este producto, fabricado en el País Vasco tiene sesenta años de vida y ha marcado distintas generaciones de españoles, desde los babyboomers hasta la última, la generación Z.