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"Si los políticos escucharan las historias que yo escucho, ¡vaya si hacían algo!": una psicóloga exige recursos para la salud mental

Belén Hernández cuenta cómo los psicólogos privados reducen sus tarifas para atender a pacientes sin recursos ante la falta de especialistas en la sanidad pública y hace un llamamiento a no desanimar a los jóvenes: "Les estamos robando la esperanza"

Belén Hernández, psicóloga: "Me pregunto por qué alguien tiene que llorar y sentirse muy culpable porque no me puede pagar"

Madrid

Belén Hernández Zoido es psicóloga en una clínica privada. Este domingo contaba en una carta a la directora de El País la situación de un chico que ha tenido la ocasión de conocer de cerca: "En un año en que el índice de suicidios vuelve a batir récord en España, especialmente entre los jóvenes, esta semana un joven de 23 años sin recursos económicos ha acudido a un servicio de urgencias en un hospital público de la Comunidad de Madrid, absolutamente desesperado y con un altísimo riesgo de suicidio. Sale con la receta de un ansiolítico, de un antidepresivo que tardará unas tres semanas en empezar a hacer efecto y con la derivación al Servicio de Psicología. A las 48 horas recibe una llamada para informarle de la fecha de su primera cita en Psicología: 15 de enero de 2024. Todo un mensaje desde la sanidad pública a sus usuarios: si no dispones del dinero suficiente para pagar a un psicólogo privado, el suicidio se convierte en una alternativa aceptable. ¿Alguien piensa hacer algo?", se preguntaba.

"¿Por qué tiene que sentirse culpable por no poder pagarme?"

La situación de ese chico del que habla en la carta no es más que el ejemplo de otras muchas situaciones que psicólogos de la privada como Belén ven con frecuencia: "Llevo yo un tiempo atendiéndolo. No tiene recursos económicos. Llega por una íntima amiga de su edad que le ve sufriendo y sabe que no puede pagar y, desesperados, de joven a joven, me lo trae a la consulta. Cuando escucho su historia no puedo deja de atenderle. Está en una situación muy complicada", relata esta psicóloga en Hoy por Hoy. Se pregunta por qué este joven "que trabaja en una fábrica a jornada completa, que paga sus impuestos, tiene que llorar y sentirse muy culpable porque no puede pagar mis servicios y la sanidad pública no le puede atender. Se siente mal porque cree que está recibiendo caridad cuando está en su derecho".

Belén cuenta cómo muchos psicólogos privados adaptan su tarifa porque saben que la gente no puede pagar: "Lo hacemos porque escuchamos directamente e sufrimiento y el dolor de las personas. No podemos dejar la gente abandonada pero es como intentar tapar la luna con un dedo o estar poniendo tiritas". Piensa que lo que están haciendo algunos especialistas es tan solo un parque y que "es imprescindible que se pongan psicólogos en la Atención Primaria. Además recuerda que se hizo en Reino Unido "y de pronto se descubrió que era rentable, se ahorra en pruebas diagnosticas, en medicación...".

"Yo me sentiría incapaz de trabajar en esas condiciones"

En la carta, Belén habla de un año de espera para poder acceder a un psicólogo público. Una ayuda que llega demasiado tarde y que siempre se queda escasa: "Hay poquísimos profesionales, hay muy pocas plazas de psicólogos y están muy sobre exigidos porque cuando uno llega, después de ese año, tiene citas de media hora cada mes y medio. Eso no sirve, eso es ineficaz. Yo me sentiría incapaz de trabajar en esas condiciones", reconoce.

Belén cuenta como, ante la gravedad de la situación de este chico, ella duerme con el teléfono encendido en la mesilla: "Yo estoy disponible 24 horas para él, es imprescindible en este momento". Aunque los psicólogos privados "están asumiendo mucho y poniendo tiritas a casos concretos" se pregunta "¿cuántos se quedan fuera?"

"Les estamos desanimando"

A Belén hay una cosa que le preocupa muchísimo: la salud mental de los jóvenes y lo que está haciendo la generación anterior con ellos. "Les estamos desanimando muchísimo. Hay una frase que se repite muchísimo que es la de "es la primera generación que van a vivir peor que sus padres" pero ¿y qué sabemos? Es la primera generación de padres que no sabemos cómo orientar a sus hijos. Podemos intuir que van a vivir con más austeridad, ¿eso es peor? No sabes la cantidad de chicos que vienen con la fantasía de a lo mejor van a terminar viviendo en la calle. La juventud se caracteriza por la fantasía, la ilusión, y no les podemos robar eso", sentencia. Ella, que trata a muchos jóvenes, piensa que "hablar menos y escuchar más": "Yo les escucho a diario y tienen unos valores, una tolerancia, un apoyo entre ellos... y les estamos robando la esperanza", lamenta.

Exige que se dote de medios la sanidad publica para atender a los problemas de salud mental y tiene una idea para que las cosas empiecen a cambiar: "Muchas veces pienso que sentaría políticos de todos los partidos en mi consulta. Que me acompañen un día y escuchen las historias que yo escucho, ¡vaya si hacían algo!"

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