Son sus tradiciones

Madrid

Empezó como vicio y está siendo ya tradición. No muy sana en un país con tantos secretos delicados, pero es ver el sello de clasificado y llevarlo para casa. Cualquier día se llevan el botón nuclear para exhibirlo en el salón. Ya se sabe que a Trump le gustaba presumir de tener archivos secretos en su casa, supongo que para leer a las visitas. Yo pensé que nunca veríamos la Casa Blanca convertida en un camerino de Tele 5. Ni que el teléfono de aludidos pudiese ser tan interesante. Pero tampoco era necesario ganar las elecciones de Estados Unidos para llevarse a casa documentos clasificados, en Galicia nos bastó un electricista para tener en su cuarto el Códice Calixtino.