Seis víctimas se unen para llevar a juicio al "estafador del amor"
La Fiscalía pide para Albert Cavallé casi 10 años de cárcel por estafar 70.000 euros a mujeres que seducía
Barcelona
Albert Cavallé, conocido como el "Don Juan estafador" o "Estafador del amor", volverá la próxima semana al banquillo de los acusados en la Audiencia de Barcelona, acusado de estafar a seis víctimas para quedarse con su dinero. Son mujeres a quienes conoció en aplicaciones de citas, con quienes estableció una relación sentimental, y que lo acusan de engañarlas. En total, les robó más de 70.000 euros, según la fiscalía. Cavallé se enfrenta ahora a la pena más elevada que le han pedido: 9 años y 10 meses de prisión y 6.000 euros de multa por los delitos de estafa, hurto y obstrucción a la justicia, según los escritos de acusación a los que ha accedido la Cadena SER en Cataluña.
El "Don Juan estafador" acumula decenas de denuncias similares y tiene todavía seis causas pendientes de juicio. Hasta ahora, se ha sentado 12 veces en el banquillo de los acusados: en la mitad de los casos ha resultado condenado (en cuatro causas, ya hay condena firme), mientras que al menos en seis más ha sido absuelto. Tres denuncias más se han archivado antes de llegar a juicio.
A pesar del historial de antecedentes y condenas, la más alta hasta ahora a 3 años y seis meses de prisión, Cavallé todavía no ha pisado nunca la cárcel. Su defensa, que ejerce el abogado David Sans, mantiene que Cavallé es inocente. Su defensa asegura que entabló "relación con algunas denunciantes usando los típicos engaños de aplicaciones de dating para intimar con cuántas más mujeres mejor", y que si consiguió dinero por su parte fue "de forma absolutamente voluntaria".
Decía ser abogado, inversor, cirujano o heredero millonario
Según la fiscalía, Cavallé se hacía pasar en Tinder, Badoo o Pof por "abogado, inversor, cirujano, hijos de los dueños de una clínica reconocida de Barcelona", con el objetivo de parecer rico y "aprovechándose de la relación de amistad que entabló con varias mujeres, embaucarlas haciéndolas creer que mantenía una relación sentimental con ellas" cuando "su única finalidad era obtener pingües beneficios económicos".
A la primera de las víctimas la conoció al 2015 a través del portal de citas POF y quedaron varias veces. Según el relato de ella, le dijo que era abogado y que tenía contactos en el Ministerio. La fiscalía lo acusa de "hacerle creer que solucionaría sus problemas", puesto que la víctima estaba en situación administrativa irregular. Una vez establecieron una relación, Cavallé presuntamente le pidió 1.000 euros para abrir una cuenta bancaria, asegurándole que su madre era directora de una oficina de La Caixa. Poco después, le pidió 2.000 euros más en efectivo para conseguirle un NIE. Cuando ella le entregó el dinero, Cavallé desapareció y la bloqueó en WhatsApp.
Nombres falsos: Álvaro o Pablo Angosto Pallares
Dos años después, Cavallé conoció a la segunda víctima a través del portal "Girls Bcn". Le dijo que se llamaba Pablo Angosto Pallares, un nombre falso, y que era inversor, hijo de una familia de millonarios, dueños de una clínica barcelonesa. Una vez "iniciada una relación entre ellos", el acusado "le manifestó que pasaba por un problema de tesorería, dado que su dinero estaba en cuentas en Panamá", relata el escrito de la fiscal. La víctima les prestó entonces 10.500 euros en efectivo. Para hacerle creer que era solvente y que se lo volvería, la invitó a dos noches de hotel en el Barcelona Princess, de cuatro estrellas; una estancia que supuestamente pagó con la cuenta de otra persona.
Durante la primavera y verano de 2017, de forma simultánea, mantuvo relaciones con tres mujeres más. En el mes de junio, en un encuentro con amigos, conoció la tercera víctima. Le dijo que se llamaba Álvaro, en vez de Albert. Aquella noche, según la fiscal, después de dormir con ella, el acusado hizo una foto del DNI de la mujer y de su tarjeta de crédito. Seis días después usó la tarjeta para pagar una habitación en el Hotel Catalonia del Paseo de Gracia por importe de más de 200 euros.
Unas semanas atrás, en mayo de aquel año, conoció a través de Badoo en la cuarta víctima, a quien se presentó como cirujano e hijo de una familia propietaria de una clínica. Según la mujer, Cavallé le dijo que tanto por trabajo, como para gestionar sus cuentas bancarias en Panamá, hacía a menudo viajes al país; llegando a enseñarle falsas reservas de viajes programados en un jet privado.
En este contexto, el acusado se sirvió presuntamente del escándalo de los "Papeles de Panamá" para hacerle creer a la mujer que no tenía efectivo, y pedirle dinero prestado. La víctima le hizo varias transferencias de hasta 51.000 euros. Según la acusación, además, aprovechando las estancias en casa de ella, Cavallé se apropió también de la tarjeta de crédito de la madre de la mujer (quinta víctima), con la que hizo compras por valor de 3.496 euros.
La sexta víctima denuncia unos hechos casi idénticos. La conoció también en mayo del 2017 y se presentó como Albert Cavallé Planas, cambiando su segundo apellido, por uno que le hiciera creer que era cirujano, hijo de los dueños de una clínica de renombre de Barcelona. Según la acusación, el don Juan le dijo que era de nacionalidad andorrana, que tenía muchos billetes de 500, pero que no podía cambiarlos, pidiéndole 1.000 euros que la mujer accedió a entregarle en efectivo. Una de las noches que pasó en su casa, presuntamente le robó 500 euros más y los datos de la tarjeta de crédito con los que reservó una habitación de 303 euros en un hotel en Montjuic.
"Cateta, eres peste"
La fiscalía y la acusación particular piden cuatro años de prisión a Cavallé por dos delitos de obstrucción a la justicia, por haber insultado y atemorizado presuntamente a dos de las víctimas que decidieron denunciarle. Según la fiscalía, en noviembre de 2018, una vez le notificaron la querella por parte de las víctimas, escribió por WhatsApp a una de las mujeres para insultarla: "jajajaja... Cateta... Pim palmo pim palmo... Eres peste. Los jueces no os creen", le escribió. Además de tildarla de "puta", quiso mandarle una advertencia: "En la prisión, amigos míos, te esperan".
Al mes siguiente, en diciembre, se acercó a la casa de otra de las víctimas y le propuso que retirara la denuncia a cambio de volverle el dinero. Cuando ella se negó, cambió su tono para convertirlo también en advertencia: "ya nos iremos viendo, cada vez vivo más cerca de tu casa", generando, según la Fiscalía, desasosiego en la víctima.
En el escrito de defensa, la representación de Cavallé lo niega. "El acusado nunca ha intentado influir en ninguna de las denunciantes con objeto de que modificaran su actuación procesal", reza el escrito que pide la absolución de Cavallé.