Edu Galán: "Hay que tener manga ancha para que las relaciones personales y ciudadanas no se conviertan en un campo de minas insoportable"
Aimar entrevista al autor del libro La máscara moral, por qué la impostura se ha convertido en un valor de mercado, de la editorial Debate
Madrid
Hoy todo se lleva al terreno de lo moral. Así se gana la atención de los demás y así se ganan los debates. Principalmente porque estos desaparecen cuando el dilema te obliga a elegir en qué lado estás, en el de la moral o en el contrario. Es la tesis de Edu Galán en su último libro, La máscara moral, por qué la impostura se ha convertido en un valor de mercado, de la editorial Debate.
Galán critica la falta de compromiso que hay detrás de los mensajes y los discursos que lanzamos en redes sociales. "Entender cuándo alguien está comprometido con una causa. El clictivismo lo patrocina una marca y el activismo deja una marca. Que al ciudadano medio no nos la cuele Shakira diciendo que las mujeres no lloran, facturan. ¿Pero de qué va usted?".
Edu Galán
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Dice Galán que, a partir de 2010, cuando se masifican las redes sociales, "las máscaras se han multiplicado a unos niveles que ya no exigen un compromiso detrás. Este es un libro a favor de los compromisos y los significados". Esas máscaras son tan variadas a lo largo del día que llegan incluso a ser contradictorias entre sí. "Al multiplicarse el número de máscaras que te tienes que poner a lo largo del día, esas máscaras, que tienen un sentido, un compromiso y un significado, lo pierden por esa multiplicación constante".
Para el autor el debate público se vuelve imposible cuando todos son máximos. O blanco o negro. O conmigo o contra mí. "Viviendo en democracias existen sensibilidades diferentes. Deberíamos movernos en esto: dentro de no aceptar aquellas sensibilidades que son morales absolutamente ilegales discriminatorias con las mujeres o con los homosexuales, hay que tener manga ancha para que las relaciones personales y ciudadanas en una democracia no se conviertan en un campo de minas insoportable". Pero también reconoce que vamos hacia lo contrario. "Una cosa que es muy habitual como es el error se persigue como un crimen mayor que el de alguien que comete un crimen de odio. Estableciendo unos límites, pero teniendo unos límites mucho más grises que ese blanco o negro de "tú no puedes entrevistar a no sé quién porque lo estás blanqueando".
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En el libro, Galán, de formación psicólogo, también aborda las consecuencias a las que nos enfrentamos como individuos y como sociedad ante la constante exposición en redes sociales. "Es insoportable", dice. "Me faltaba algo material para justificar esta sobreexposición, este exhibicionismo moral constante, algo material que estuviese realmente afectando a la población, y encontré la ansiedad. En España consumimos pastillas para superar la ansiedad de nuestro día a día, sin ser tan ansiosos. Somos uno de los países que se declaran más felices y, a la vez, junto con Portugal, somos el país que más ansiolíticos toma", sostiene Galán. "¿No crees que estamos sometidos a ciertos condicionantes artificiales en el sentido de que nos hemos empezado a comunicar por unos nuevos medios que nos generan unas demandas que no sabemos gestionar? Yo creo que sí".
"Dedicamos tres horas y media al día a andar en las redes y no dedicamos ni cinco minutos a saber cómo funcionan y esto está haciendo daño especialmente a las mujeres jóvenes". Habla de las mujeres porque se refiere, sobre todo, a la reacción agresiva que suelen recibir cuando publican en redes. Galán la diferencia de las respuestas que reciben los hombres, mucho menos vejatoria y no tan enfocada al físico, uno de los temas que más preocupa a Galán. "Esa situación cómo no va a desembocar en un consumo desmesurado de ansiolíticos y antidepresivos".
"Hay que ayudarse a uno mismo a través de los demás", defiende el entrevistado, que reconoce que "desprecio la autoayuda, no me autoayudo en nada, a mí me ayudáis los demás".
Hila Galán con otro fenómeno social: la asunción de manera individual de problemas (y soluciones) colectivos. Y señala uno concreto: la ecoansiedad, una ansiedad por el cambio climático "mal gestionada". "A estos jóvenes les pediría es que no se centren en sí mismos. La solución no está en sí mismos, está en el sistema. No digo que no hagas cosas de forma individual para mejorar una situación, pero tu vida no puede estar ocupada por situaciones geopolíticas. Te estás haciendo cargo de una situación, o te están haciendo que te hagas cargo de una situación, tan por encima de lo que puedes abarcar que sientes ansiedad. Entonces, ¿cuál es la mejor solución? Que entiendas dónde te están colocando, sin dejar tu compromiso. Te estoy pidiendo que te dejes de hacer cargo de un compromiso moral que sólo se puede solucionar en grupo y a través de los Estados y la política", sostiene el autor del libro.
Define la sociedad como una sociedad "profundamente presentista e infantil en la que el pasado sólo importa cuando nos hacemos adultos". De ahí el borrado de internet que hacemos en redes sociales para eliminar cualquier comentario o acción que no concuerde con el yo que somos hoy. Mirar atrás se convierte en un problema que evitamos. "Estamos en una situación en la que somos constantemente adolescentes y queremos borrar el pasado cuando el pasado sirve esencialmente para no volver a caer en las mismas tonterías".
Y, con este panorama, ¿quién puede ser auténtico? ¿Se puede? "Es absurdo intentar ser auténtico. Tienes que ejecutar las máscaras en las que tú te sientas cómodo y lo que tienes que buscar es una máscara que signifique algo", concluye Galán. Lo que intenta con el libro, dice, es "desafiar" al lector, "estimularle", para que se replantee cosas. "Busco tu atención y tu respeto. Yo siempre escribo con mucho respeto hacia el lector. Hago un llamamiento a esforzarse y a buscar respuestas sin darlas por hechas, aunque sean contradictorias y difíciles", sentencia.
Víctor M. Olazábal
Subdirector de Hora 25. Antes fue corresponsal en India para diversos medios españoles. Especializado...