Europa, capital Kiev
Parafraseando otra maravillosa frase simbólica de Kennedy: no te preguntes qué puede hacer Ucrania por ti; sino tú por Ucrania. Recordémosla a quienes niegan a los resistentes el pan y la sal, y pretenden que se defiendan con tirachinas
Europa, capital Kiev
Barcelona
Europa, capital Kiev. Pocas veces un título periodístico fue tan exacto. La visita de la Comisión Europea a la capital de Ucrania, y la cumbre con el Gobierno de Volodímir Zelenski constituyen símbolos muy poderosos de lo que está ocurriendo. Ocurre que “el futuro de nuestro continente se está escribiendo aquí, en Ucrania”, como ha descrito desde ahí la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen. Cierto. Será muy diferente para todos que la guerra acabe con la resistencia aplastada y el país devastado. O que termine con su soberanía preservada, su ciudadanía a salvo y su dignidad intacta.
No solo de pan vive el hombre, dice el Evangelio cristiano. También cierto. La humanidad necesita símbolos, aliento solidario, apoyo humanitario, esperanza, expectativas de mejora. Por eso, lanzar un mensaje en el momento adecuado y desde el lugar oportuno a veces vale por muchos tanques.
Es lo que hizo el general De Gaulle, en agosto de 1944 cuando la liberación de París: pasearse el primero por los Campos Elíseos, cuando Francia aún no estaba del todo liberada. Es lo que hizo el presidente John Kennedy, en 1963, desde Berlín, clamando: Ich bin berliner, soy berlinés, cuando la Unión Soviética cercaba la ciudad y las democracias organizaron un puente aéreo para salvarla de la asfixia. Símbolos útiles.
Parafraseando otra maravillosa frase simbólica de Kennedy: no te preguntes qué puede hacer Ucrania por ti; sino tú por Ucrania. Recordémosla a quienes niegan a los resistentes el pan y la sal, y pretenden que se defiendan con tirachinas.
Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas...