Cuanto peor para nosotros, mejor para ellos

Barcelona

La teoría económica clásica dice que cuando la economía va bien, a la mayoría de la gente le va bien. También dice que es bueno que las empresas ganen mucho dinero, porque contratan más personal y los sueldos tienden a subir.

Eso suele ser verdad, relativamente. Lo de los aumentos salariales cabe discutirlo. Pero es cierto que, en general, si un pastelero tiene mucho éxito, contrata más ayudantes. Y si una empresa automovilística vende muchísimos coches, amplía plantilla o construye más fábricas para atender la demanda. Por supuesto, el pastelero tiene que hornear pasteles apetitosos y ofrecerlos a buen precio, igual que la empresa automovilística tiene que producir vehículos más fiables, bonitos o baratos que sus competidores.

Hasta aquí, todo muy banal, ¿no?

Lo interesante son las excepciones. Ahora mismo existen dos excepciones muy gordas.

La primera, las empresas energéticas. Sin necesidad de mover un dedo, sin aumentar las inversiones o contratar más empleados, se están forrando. La petrolera Shell ganó 40.000 millones de dólares en 2022, más del doble que en 2021. Iberdrola ganó en 2022 más de 3.000 millones de euros, casi un 30% más que el año anterior. Así es la vida. Podría pensarse que si las facturas que nos clavan por la gasolina, el gas y la electricidad no fueran tan brutales, ellos ganarían algo menos y nosotros viviríamos un poco mejor. Podría pensarse que un impuesto temporal sobre las energéticas sería conveniente. Pero cuando dices eso te llaman demagogo y populista.

Hay una segunda excepción que no sólo desmiente toda la teoría económica clásica, sino que abochorna: la banca. Los bancos españoles ganaron 20.000 millones de euros el año pasado. Simplemente porque el Banco Central Europeo sube los tipos de interés a causa de la inflación. O sea, que mientras más aumentan los precios y peor le va al ciudadano, cuanto más nos cuesta devolver créditos e hipotecas, mejor la va a la banca. Esto tampoco es nuevo.

Lo nuevo es que cuanto más ganan, peor lo hacen. ¿Están creando empleos los bancos? Qué va, al contrario, llevan años despidiendo gente. ¿Abren nuevas oficinas? No, las cierran. ¿Han mejorado el servicio? Ni de broma. Te sisan todo lo que pueden con comisiones y si no eres experto en internet y pides que te ayude un empleado, te desprecian directamente.

No vale la pena recordar que hace una década el contribuyente rescató el sector bancario con más de 50.000 millones de euros, que la banca, pese a las promesas de entonces, no piensa devolver jamás.

Decir esto suena a demagogia, lo reconozco. Pero es verdad de la buena.