Tu banco siempre piensa en ti
Ante la inminente celebración de san Valentín, este viejo cuerpo necesita amor y contacto físico. Me pone caliente, y es mucho calentar, simplemente la idea de que Mi Banco siempre esté pensando en mí
¿Que los mayores no nos ponemos cachondos?
Madrid
Ante la inminente celebración de san Valentín, este viejo cuerpo necesita amor y contacto físico. Es una falacia pensar que los mayores no nos ponemos cachondos. Yo lo hago cada vez que contemplo, extasiada, el anuncio de un banco que me promete la fórmula de la felicidad, la realización personal y el placer de retozar por el césped de la segunda vivienda. Me pone caliente, y es mucho calentar, simplemente la idea de que Mi Banco siempre esté pensando en mí.
Imaginad lo que supone eso. Hagas lo que hagas, viajes o te quedes en casa, duermas o te depiles las orejas, tu banco siempre piensa en ti. Los eslóganes tienen también su lado oscuro, tirando a Stephen King, pero ahora no voy a reparar en ello, porque viene san Valentín y necesito el contacto físico, ir de sucursal en sucursal frotándome la prótesis contra las paredes o, mejor aún, morreando a los cajeros automáticos, lengua en rendija va, lengua en rendija viene, soy toda tuya, felicidades por los beneficios. ¿Qué más quieres de mí? ¿El pin?
Es como tener un chulo. Yo a mi sucursal la voy a llamar Rodolfo.
Maruja Torres
María Dolores Torres Manzanera (Barcelona, 16...