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Carole Hooven: "Los hombres están más interesados en el sexo, es una cuestión biológica"

Charlamos con una de las mayores expertas del mundo en el estudio de la testosterona, una hormona que nos impulsa, nos divide y nos domina

Carole Hooven: "Los hombres están más interesados en el sexo, es una cuestión biológica"

Madrid

El origen biológico de la masculinidad ha inspirado fascinación y controversia desde la Antigüedad. Desde los eunucos de la antigua China hasta los castrati italianos (una moda que se abolió a principios del siglo XX), el ser humano ha estado obsesionado con identificar y manipular lo que hoy conocemos como testosterona. Realmente, la investigación de las hormonas no comenzó formalmente hasta finales del siglo XIX y gracias al interés que sigue generando hoy disponemos de muchas investigaciones sobre sus efectos tanto en hombres como en mujeres. La ciencia se muestra contundente y nuestra invitada también: la testosterona desempeña un papel clave en las relaciones, el sexo, la infancia, el trabajo, el deporte, los roles familiares o las transiciones.

Por los micrófonos de A vivir ha pasado Carole Hooven, profesora del departamento de Biología Evolutiva Humana de la Universidad de Harvard, endocrinóloga y autora del libro Testosterona (Arpa editorial), para explicarnos la poderosa influencia de esta hormona en el comportamiento humano e invitarnos a reflexionar sobre sus consecuencias. "Todos somos una mezcla de biología y cultura. Los humanos tenemos normas culturales para poder vivir juntos. La cultura lo es todo porque aunque los machos tienen mayor deseo sexual que las hembras y son más propensos a la agresión, sin embargo, hay enormes disparidades según los países. En Singapur, por ejemplo, la violencia masculina es muy baja porque tienen leyes muy estrictas sobre violación o cualquier tipo de violencia".

Hooven, que también trabaja en el laboratorio de Steven Pinker -uno de los mayores expertos del mundo en Psicología Cognitiva-, explica a través de historias personales cosechadas tras años y años de investigación cómo la testosterona influye en nuestro cuerpo, cerebro y conducta en aras de la reproducción. Entender las fuerzas que impulsan nuestras prioridades y saber cómo los genes, las hormonas y el entorno interactúan entre sí nos ayuda a combatir el modo en que se expresan las inclinaciones más oscuras de nuestra naturaleza. "Frente a una amenaza o en cualquier tipo de competencia de dominación la testosterona aumenta. En los animales machos la violencia puede ser rentable. Es algo adaptativo."

Muchas mujeres que han hecho la transición lo confirman, el efecto número uno es el aumento del deseo sexual

Nuestra invitada también se ha pronunciado sobre los usos de la testosterona en las transiciones de género: "He hablado con mucha gente que ha hecho la transición y los datos son muy claros, el efecto número uno es en el sexo y en la líbido. Las mujeres que pasan por esto para empezar a vivir como hombres describen sentirse sorprendidas por el gran apetito sexual que se despierta en ellas. Los hombres que hacen la transición para vivir como mujeres sufren el efecto contrario."

No es necesario quitar hierro al papel que esta hormona desempeña en nuestras vidas, es un hecho científico al que tenemos que enfrentarnos y la forma de hacerlo es aceptarlo. En opinión de esta experta hay que dejar que las personas no se censuren por su condición sexual y hagan lo que quieran siempre y cuando no dañen a nadie.