El Parlamento Europeo ha aprobado la prohibición de vender coches y furgonetas de gasolina y diésel a partir de 2035, con el rechazo del PP y de la extrema derecha. La Eurocámara da luz verde definitiva al acuerdo ya alcanzado con la Comisión y el Consejo, como parte de la primera propuesta del programa «Fit for 55», que busca reducir el 55% de las emisiones para 2030. Ha salido adelante con 340 votos a favor, 279 en contra y 21 abstenciones. La regulación fija dos plazos para bajar las emisiones de los vehículos particulares: El eurodiputado liberal Jan Huitema, encargado de elaborar el informe, defiende que el plan da “seguridad a los inversores y fabricantes”, además de hacer a la UE “más independiente de combustibles fósiles de terceros países” en un momento en el que la guerra en Ucrania ha dejado claras las debilidades del mercado energético europeo y su dependencia de Rusia, entre otros. “Lo hemos conseguido. Es un acuerdo histórico que articula la industria con el clima. Es un logro porque normalmente son términos antitéticos”, ha dicho Karima Delli, de Los Verdes, que se ha mostrado especialmente orgullosa del acuerdo en su calidad de presidenta de la Comisión de Transportes. “Se ha dicho que acaba el coche de combustión, pero se sustituye por el coche eléctrico”, ha defendido. Tras esta votación, el texto también deberá ser aprobado formalmente por el Consejo Europeo antes de ser publicado definitivamente en el Diario Oficial de la UE. La Comisión Europea presentará en 2025 una metodología para evaluar y comunicar datos sobre las emisiones de CO2 durante todo el ciclo de vida de los coches y furgonetas vendidos en el mercado de la UE, acompañada de propuestas legislativas cuando proceda. En diciembre de 2026, la Comisión supervisará la diferencia entre los valores límite de emisión y los datos reales de consumo de combustible y energía, informará sobre una metodología para ajustar las emisiones de CO2 específicas de los fabricantes y propondrá medidas de seguimiento adecuadas. Los fabricantes responsables de pequeños volúmenes de producción en un año natural (de 1.000 a 10.000 automóviles nuevos o de 1.000 a 22.000 furgonetas nuevas) podrán obtener una excepción hasta finales de 2035. Quienes matriculen menos de 1.000 vehículos nuevos al año seguirán extensos. El actual mecanismo de incentivos para vehículos de cero y bajas emisiones (ZLEV), que recompensa a los fabricantes que venden más vehículos de este tipo -emisiones de 0 a 50 gramos de CO2 por kilómetro, como vehículos eléctricos e híbridos enchufables de buen rendimiento-, se establece en un 25% para las ventas de nuevos automóviles y un 17% en el caso de furgonetas. A partir de 2030 se eliminará esas bonificaciones. La Comisión Europea publicará desde finales de 2025 y cada dos años un informe para evaluar el progreso hacia la movilidad por carretera con cero emisiones.