Dimitir, lección democrática
Y por eso, dimitir constituye una lección democrática. En las sociedades más maduras es más frecuente. En las menos desarrolladas no es tan habitual
Dimitir, lección democrática
Barcelona
El poder es goloso. Y el poder político, muy goloso. Permite realizar sueños colectivos. Y satisfacer vanidades individuales. Pero alcanzarlo es duro, exige firmeza, constancia, y a veces trucos y trampas. Así que dejar el poder por propia voluntad, y no por haber metido la mano en la caja, por ejemplo, todavía resulta más difícil. Y por eso, dimitir constituye una lección democrática. En las sociedades más maduras es más frecuente. En las menos desarrolladas no es tan habitual.
La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon -una líder respetada-, anuncia que se va, que dimite como gobernanta de su país. Dimite porque ha cosechado dos fuertes contratiempos que muchos consideran errores. Uno es intentar un segundo referéndum de autodeterminación, que la Justicia británica ha rechazado: ella lo ha acatado sin intentar ninguna subversión. Otro, la puesta en marcha de una ley “trans” que ha ocasionado algunos efectos contrarios a los que pretendía. Lección escocesa, lección para muchos.
Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas...