La radio es mi infancia
Era la radio en casa y el cine, fuera, lo que ayudaba a empujar la carretilla a las mujeres que hacen que el mundo gire
La radio es mi infancia
Madrid
Para mí la radio es mi infancia, la única modernidad doméstica de mi infancia. Es la voz cariñosamente aflautada de Pepe Iglesias, El Zorro: "Yo soy el zorro, zorro-zorrito, para mayores, y pequeñitos". Y es también el milagro de la música que sonaba dentro de un extraño aparato en aquel piso, en aquel barrio, en aquella ciudad, en aquel tiempo en que las mujeres trabajaban en casa, o recibían palizas en casa o las dos cosas, no nos pongamos exquisitos, en casa, y entonces una copla penetraba de arriba abajo las galerías, los patios, como si alguien todavía sonriera por encima de los tejados, o como si lloviera un tema de amor y de nostalgia, banda sonora del trajín cotidiano.
La radio era también una mujer apoyada en el quicio de la puerta del comedor, en una época de hacinamiento en la que el comedor lo era todo, el espacio donde zampar y donde cortar patrones para vestidos, y el sitio en donde la modista soñaba novelones de amor, es decir, seriales, que le ayudaban a soportar las violencias nocturnas. Una mujer, apoyada en un umbral con infinito desaliento, cuyo rostro repentinamente se ilumina porque empieza el serial.
Era la radio en casa y el cine, fuera, lo que ayudaba a empujar la carretilla a las mujeres que hacen que el mundo gire y, por mucho adoctrinamiento que recibieran entonces, y era mucho, junto con toneladas de resignación, estaban esos territorios que las personas crean para acompañarse, aunque no se conozcan.
La radio.
Maruja Torres
María Dolores Torres Manzanera (Barcelona, 16...