Hoy por HoyLa mirada
Opinión

No estamos muertas, somos de verdad

No nos ponen el burka, pero quisieran que todas aquellas que ellos ven como gordas, feas o viejas se escondieran y no aparecieran nunca en público

No estamos muertas, somos de verdad

Madrid

Solo lo inerte permanece siempre igual. Los objetos y cualquier cosa sin vida muestran una apariencia estática, inmutable, inmune al paso del tiempo o a las transformaciones biológicas. Se diría que así nos quieren a las mujeres y que nos han convencido de que esta tiene que ser nuestra ambición en la vida: no cambiar nunca. Observamos a las actrices y famosas que representan el canon ejemplar y afirmamos, como un elogio que "está igual" o "qué bien se conserva".

Cuando el pasado sábado Berta Vázquez paseó su deslumbrante y rotunda belleza por la alfombra roja de los Goya, su sola presencia escandalizó a los odiadores de turno, unos guardianes de la estética a quienes, en cambio, no ofende la hegemónica pervivencia del modelo anoréxico. Nada más contrario a lo normal y natural que tener el mismo rostro a los veinte que a los cincuenta, el mismo cuerpo en la adolescencia que en la madurez.

¿Cómo no se nos van a notar los años vividos, lo sentido, lo aprendido? ¿Cómo va a ser igual una mujer después de haber gestado, parido y criado otros seres humano? ¿Qué locura fáustica es esta que se promociona de forma masiva y que lleva a odiar a la que se sale del camino recto de los estrictos moldes estéticos? Las mujeres, como seres humanos que somos, bien vivas, engordamos y adelgazamos, se nos ilumina la tez o se nos opaca, se nos transforma la piel, la carne al ritmo de la existencia.

Sólo en tarros llenos de formol podríamos permanecer siempre iguales tal como defienden los que vierten su veneno sobre mujeres como la actriz. No nos ponen el burka, pero quisieran que todas aquellas que ellos ven como gordas, feas o viejas se escondieran y no aparecieran nunca en público.

Najat el Hachmi

Najat el Hachmi (Nador, Marruecos, 2 de julio...