Desayunando entre amigos en recuerdo a José Martí Gómez
Los amigos del periodista se juntan en Morella, pueblo natal de José Martí, para recordar sus ocurrencias, experiencias y sentido del humor
Desayunando (con resaca) con los amigos de Martí
Madrid
En el desayuno de hoy Lourdes Lancho y Beatriz Nogal han viajado hasta Morella, pueblo natal de José Martí Gómez, con motivo del homenaje al periodista cuando se cumple un año de su último adiós. Ha sido una reunión entre amigos donde han asistido Rhamsés Ripollés, alcalde de Morella; el escritor y periodista Fabricio Caivano; una de sus mejores fuentes en los pasillos de los juzgados, el abogado Mateo Seguí; el periodista Eugeni Madueño, y colaboradores del programa más próximos como Enric González y Bru Rovira. Las reflexiones de Martí han sido las protagonistas de este encuentro, quien compartía toda su sabiduría, experiencia y mirada a través de las píldoras semanales que se emitieron en el programa durante muchos fines de semana.
Esta mañana en el estudio de Els Ports Ràdio se mezclaba la somnolencia, la emoción y los recuerdos después de la fiesta-homenaje del sábado noche en recuerdo a José Martí. El alcohol fue, sin duda, un invitado más a la fiesta, donde Mateo Seguí ha confesado que ayer bebió para Martí y para él. Rhamsés Ripollés, el alcalde de Morella, ha admitido que se siente orgulloso de haber sido capaz de volver a interiorizar el sentimiento de arraigo a Morella de Martí, al cual renunció en plena época de postguerra debido a que su padre tuvo que huir por ser afín al partido republicano.
Eugeni Madueño relató cómo le invadió la emoción y el recuerdo de su amigo cuando ayer pudo ver la silla de Martí en el bar El Cañero, parada obligatoria del periodista cada vez que visitaba su pueblo, y al que llevó a todos sus amigos para conocer su tierra. En cambio, Enric González abogaba por la risa y el esperpento que le hubiera parecido a Martí este reencuentro con tanta gente dorándole la píldora.
Las miradas desde el aula de una escuela hasta pleitos judiciales
Uno de los aspectos más característicos de José Martí como periodista consistía en la capacidad de explicarlo todo a partir de una historia. La manera en la que construía un relato desde un punto humanista al que acogerse y al que a la gente le cuesta mirar. Su cercanía y humanidad le sirvió para escribir una historia de cada pleito judicial que le contaba Mateo Seguí, su mano derecha. Fabricio Caivano ha relatado la importancia del papel de la enseñanza en Martí durante su juventud, el cual ejerció de maestro en un pueblo de Castellón. Esto le introdujo a la mirada del buen periodista y del buen maestro, donde ambas coinciden en "hacer de una pequeña historia, un punto hacia donde mirar y reflexionar. Era crucial partir de la vida."
"La vida es una mierda, pero puede ser bonita"
A pesar de su carácter renegado ante la vida, en sus últimos años la apreció más que nunca. Eugeni Madueño destacaba la versión de Martí como twittero en sus últimos momentos, ya que siempre se negó a renunciar a escribir, aunque sean unos pocos caracteres a través de las redes, de las cuales se encargaba su nieto Eric. Fue este quien resaltó la sensibilidad de su abuelo tras todas esas aparentes capas de rudeza: contaba su nieto que en los últimos días del periodista paseaban por la calle en un día soleado, y al volver a casa Eric le preguntó a su abuelo que por qué habían hecho el camino en silencio, a lo que él le respondió que la vida era muy bonita, seguramente porque sabía que se le acababa.
De esta forma tan admirada y cercana han recordado a José Martí todos los asistentes al desayuno de A vivir, donde muchos de ellos conocieron al periodista a través de la radio y reconocen que fue un placer tenerlo en su vida.