Anatxu Zabalbeascoa: "Los estetas de verdad son fantásticos, pero los que hablan desde la impostura son peligrosos"
Aimar Bretos habla con la periodista e historiadora del arte sobre diseño y sobre cómo afrontar una entrevista a ambos lados de la mesa
Las entrevistas de Aimar | Anatxu Zabalbeascoa
Madrid
Una entrevista es "el encuentro con una persona que te quiere conocer de verdad". Lo define así Anatxu Zabalbeascoa, periodista e historiadora del arte que escribe sobre diseño y arquitectura en 'El País Semanal'. Y en esos encuentros, un entrevistador puede encontrarse muchos tipos de persona. "Yo siempre digo que hay tres: el lacónico, que es muchas veces es el peor; el retórico, que habla mucho y no dice nada: y luego el elocuente, que es el preciso". Dice la periodista que "la gente que no te cuenta cosas porque las ha digerido y pensado son difíciles de entrevistar".
Anatxu Zabalbeascoa
En las entrevistas, como en la vida, los hay sinceros e impostores. Y estetas. Los de verdad y los que aparentan. "Un esteta es alguien que vive de las emociones estéticas, de lo que le entra por los ojos o por los oídos. Los estetas de verdad son fantásticos porque siempre te enseñan algo. Pero los que hablan desde la impostura estética, es decir, desde una especie de cárcel en la que se autoaprisionan son peligrosos".
Cuenta Zabalbeascoa que, aunque se considera una persona nerviosa, va tranquila a las entrevistas. Tranquila, pero también "intensa, concentrada". Le apasiona ese trabajo. "Disfruto mucho preconociendo a esa persona cuando trabajo las entrevistas. Yo estudio mucho y con avaricia, llega un momento en que digo 'basta ya, esto se te está yendo'. Me pasa cuando me gusta mucho la persona a la que voy a entrevistar. Mi récord son unas 60 páginas".
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Le ocurre algo parecido con las casas. "Lo que veo en las casas es lo mismo que en las personas, si son verdaderas. En muchas casas hay mucha impostura", dice la autora del libro 'Gente que cuenta', que se reconoce una amante del diseño y la arquitectura. Y por encima de todo: la comodidad, el confort. En esas, la siguiente pregunta se hace sola: ¿y qué dice su casa de su familia? "Que les importa muy poco el orden, que tenemos demasiadas cosas, que cada uno tiene unos intereses y un mundo propio, que los libros se nos salen por las orejas y que hay alguien que intenta aprovechar el espacio", responde Zabalbeascoa, que se define como "una persona desordenada" que, sin embargo, tiene un sistema para las cosas.
Sostiene la periodista, que tiene un podcast sobre diseño en Podium Podcast, 'La gran D', que uno de los problemas que tenemos hoy en día es que tenemos demasiado. "¿Sabes lo que no tenemos? Lo que no tenemos es espacio, es el resultado de tener tanto. Es lo contrario que hacíamos antes. Antes de tirar algo te lo pensabas tanto...". En ese sentido, el papel de un gigante como IKEA, lo ha trastocado todo. "IKEA no deja paso a la memoria, a la herencia. También uniformiza mucho, y a los seres humanos no nos gusta nada que nos uniformicen; la modernidad pecó de eso. IKEA también tiene una dosis de realidad muy buena. Se ha autocorregido muchísimo: la transición energética se la creyeron", dice Zabalbeascoa, que concluye con un alegato en defensa del cambio: "Me gusta mucho la gente que cambia de idea, de vida y de manera de hacer".