Que cuando vayamos a acordarnos ya será tarde para mucha gente
Ayer volvió a temblar la tierra que ya había temblado. Que no sea otra tragedia la que impida el olvido

Madrid
Tuvo que temblar la tierra otra vez para que volviéramos a preguntarnos por las familias que malviven y no saben hasta cuándo vivirán en tiendas de campaña, en terminales de aeropuerto o en la calle. Por los niños que se han quedado solos y que intentan secuestrar las mafias de trata, que llegan antes que la ayuda humanitaria. Para que volviéramos a ver el miedo a que todo volviera a pasar.
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Que cuando vayamos a acordarnos ya será tarde para mucha gente
Para que volviéramos a pensar en la suerte o la mala suerte de nacer en un país o en otro. Ayer volvió a temblar la tierra que ya había temblado. El balance cuenta 47.000 muertos en total. Ayer fueron, al menos, tres los fallecidos y más de 300 los desaparecidos. Porque muchas casas han caído ya y muchos temen volver a las que quedan. En la ciudad de Antioquía, por ejemplo, no ha quedado ningún edificio habitable.
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Hay lugares de Siria a los que apenas está llegando la ayuda. Están pidiendo incluso tiendas de campaña, para que la gente no tenga que ir a los escombros a resguardarse del frío. Para catástrofes y para guerras, España aprobará hoy mismo 1.200 plazas de refugiados. Pero nunca se ocupan todas. Es importante saberlo, para que no sea otra tragedia o un aniversario los que impidan el olvido. Que cuando vaya a hacer un mes o un año y nos queramos acordar, será tarde ya para mucha gente.

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