Es más fácil salvar el planeta que erradicar el papanatismo
Lo que le han hecho a Roald Dahl es un empleo. Alguien ha cobrado por cambiarle, entre otras cosas, un “gorda” por un no sé qué coño. Eso es una forma de ganarse la vida a costa del talento ajeno
Es más fácil salvar el planeta que erradicar el papanatismo
Madrid
Nos quejamos por vicio de la situación del mercado de trabajo. Yo no veo más que oportunidades. Fijémonos en el actual cuerpo de policía de las costumbres o neo interpretadores de textos de solera, desde el presentismo más mediocre y oportunista.
Lo que le han hecho a Roald Dahl es un empleo. Alguien ha cobrado por cambiarle, entre otras cosas, un “gorda” por un no sé qué coño. Eso es una forma de ganarse la vida a costa del talento ajeno, como aquellos señores que, durante décadas, tacharon con lápiz rojo párrafos y noticias enteras de los periódicos que saldrían al día siguiente. Eso, repito, es un puesto de trabajo.
Si extendemos el asunto y pensamos a lo grande podremos acabar con el paro. La Biblia, sin ir más lejos. Sólo con el Levítico daríamos trabajo a un ejército de nuevos burócratas. La vida de los otros, la obra de los otros, nuestra rutina de ratitas laboriosas mordisqueando lo que no nos gusta y dando lecciones de moral y corrección.
El problema es que se trata de una especialidad laboral que requiere de sobrados y de estultos, lo cual exigiría un arduo y agotador concurso público, unas oposiciones que presumo resultarían disputadísimas. Mas soñemos con las consecuencias. Por fin, Hamlet no mandaría a Ofelia a un convento, con el consiguiente suicidio de la moza, sino a un cursillo de lucha armada contra la depilación de axilas.
Da pereza comprobar que es más fácil salvar el planeta, y mira que está mal, que erradicar el papanatismo de las sociedades que llamamos civilizadas.
La radio es mi infancia
Maruja Torres
María Dolores Torres Manzanera (Barcelona, 16...