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Samuel Bronston o el tiempo en el que Las Rozas (Madrid) fue Hollywood

El productor, entre 1958 y 1964, convirtió el municipio de Las Rozas en una especie de segundo Hollywood. Pero también otras localidades españolas como Denia, Peñíscola, Pelayos de la Presa, Manzanares El Real o Navacerrada fueron el plató de películas como 'El capitán John', 'Rey de reyes', 'El Cid', '55 días en Pekín" o 'La caída del Imperio Romano'.

El viaje de ida | Hubo un tiempo en el que Las Rozas (Madrid) fue Hollywood

Madrid

El cine modernizó España antes que el turismo. Grandes estrellas como Ava Gardner, Bette Davis, Sophia Loren, Charlton Heston o John Wayne se paseaban por un Madrid y una España que empezaba a salir de la autarquía, pero que le faltaba color. ¿Y por qué Hollywood apuesta por un país tan gris o por qué un país tan cerrado abre las puertas a la gran meca del cine? Todo es cuestión de intereses cruzados, es como se dice en términos marketinianos, un "win-win" donde ganan las dos partes, el régimen franquista que necesita abrirse y un productor único, Samuel Bronston, que necesita abaratar costes y producir más.

¿Y quién abre las puertas de España a Bronston? Como en todos los negocios, las conexiones entre personas. El almirante Chester William Nimitz, comandante en jefe estadounidense durante la II Guerra Mundial y amigo de Luis Carrero Blanco, conoce al productor Samuel Bronston en una etapa en la que este rodaba documentales para el Vaticano. Dicen que casi quema en un rodaje la Capilla Sixtina y Nimitz le recomienda rodar en España. Cuenta el periodista Juan Antonio Tirado, que rueda actualmente el documental "Samuel Bronston: Hollywood versus Hollywood", que el almirante americano no solo le abre las puertas de España, sino que le presenta al magnate Pierre Dupont que necesitaba mover unas divisas que tenía congeladas en la España franquista. Y a partir de aquí comienza a funcionar la maquinaria.

El régimen pone al servicio de Samuel Bronston el ejercito (pagando, eso sí), le abre las puertas de lugares sagrados como el salón del trono del Palacio Real para que Bette Davis (Catalina la Grande) rodara, copa de tinto en mano, una escena de "El Capitán John". "Ahí no se sienta ni el rey actualmente" nos ha apuntado María Manjavacas, la experta en Casa Real de la Cadena SER, pero en 1958 bailaron "Kalinka" hasta unos cosacos rusos, que tampoco eran rusos, sino unos vecinos de El Molar (Madrid) caracterizados.

Hay un tiempo en España en el que los más especiales presumían de haber tenido una relación con Ava Gardner y los más humildes haber participado en un rodaje de Samuel Bronston. Los primeros mienten, seguro; a los segundos les quitaron el hambre. El productor pagaba 500 pesetas y más, dependiendo de la participación, por hacer de extra. Pero no solo eso. Nos cuenta su hija Andrea Bronston que "llegó a tener en nómina a poblaciones como Peñíscola (Castellón) o Denia (Alicante)". En Peñíscola, donde se rodó "El Cid" con Charlton Heston y Sophia Loren, "hubo un motín para que los del pueblo donde se rodaba la película cobraran más que los de los alrededores, y lo consiguieron" apunta Laura Hidalgo, responsable de Peñíscola Film Office. Más curiosa es la historia de Denia donde Bronston paga las fiestas y recuerda el periodista Toni Reig que "fue elegida reina de las fiestas una joven Mia Farrow, que era la hija del director John Farrow".

Pero el gran tinglado de producción lo tiene montado Samuel Bronston en Madrid. Compró los estudios Chamartín para los interiores y alquilas Las Matas, pedanía de Las Rozas, unos terrenos, donde monta los dos decorados más grandes de la historia del cine. El de "La caída del imperio romano" y "55 días en Pekín". Y no eran de cartón piedra como en Hollywood, Juan Antonio Tirado destaca la minuciosidad y el realismo, "era como estar en Roma o en Pekín, incluso la BBC los alquiló para unos documentales históricos sobre la Roma clásica". Tampoco ahorraba en detalles tanto de vestuario como de atrezo. Todo era de verdad, hasta las espadas que compraban en Toledo. Y las columnas y estructuras las montaban albañiles como Francisco Bravo. Recuerda su hija Marí Isabel que su padre dejó la obra para trabajar para Bronston, "se ganaba mucho más". Como anécdota, contrató a una secretaria por 4000 pesetas, ella creía que era al mes, y era a la semana. "Al mes", apunta Tirado, "eran 16000. Para que nos hagamos una idea, el sueldo medio al mes en la España de 1960 no llegaba a las 10.000 pesetas.

Samuel Bronston se convierte en un rey midas. Por su casa, cuanta Andrea Bronston, pasan todas las estrellas de Hollywood que se entretenían con espectáculo españoles como "ver a Lola Flores y Antonio El Bailarín" cantando y bailando encima del piano de casa. Pero su hija destaca sobre todo la bondad de su padre, "era muy buena persona, un ser tierno y simpático y un gran cocinero que hacía una sopa rusa que todavía recuerda". En 1964 Pierre Dupont le corta la financiación, "La caída del imperio romano" no funciona en taquilla y aumentan las deudas y su mujer enferma y decide acompañarla a Estados Unidos. Es el final.

Hoy solo queda el recuerdo de seis años inolvidables en la que España y, sobre todo, Las Rozas fueron Hollywood. La realidad de aquellos terrenos son urbanizaciones de lujo y campos del golf. Nada queda ya de aquellas columnas del foro romano ni del palacio imperial de Pekín. Pero sí Samuel Bronston que tiene una avenida con su nombre y una tumba en el cementerio roceño.

Es la historia de un gran hombre que tenía la nacionalidad estadounidense, pero que tuvo muchas otras. Nació en Izmail en 1908 (Rusia). En los años 30 Rumanía conquistó la ciudad y pasó a ser rumano, luego la recupera la URSS y es soviético y murió en 1994 como ucraniano, porque Izmail, a orillas del Danubio, es Ucrania. Su biografía es producto de una zona que estuvo en conflicto y sigue igual, pero por suerte, esta guerra no la ha vivido, aunque su hija Andrea dice que "siempre se sintió ruso" y "judío" apunta Juan Antonio Tirado director de "Samuel Bronston: Hollywood versus Hollywood. Y por encima de todo un tío listo y un negociante capaz de venderle hielo a los esquimales.

Pepe Rubio

Redactor guionista de Hoy por Hoy. Llevo a antena...