Henar Álvarez vuelve para explicar cómo masturbar a una mujer: "Los banderilleros, por favor, que se controlen"
"Hay que empezar por el principio, que es tocar por encima de las bragas, ¿vale? (...) No eres Cristian, el de Bricomanía"
Maldito Bollodrama, la representación necesaria
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Madrid
¡La "chochoctora" ha vuelto! Henar Álvarez se ha puesto la bata y las gafas para luchar contra la desinformación e impulsar la satisfacción sexual de las mujeres del mundo. Después de emplear su peculiar método para enseñar cómo se come un coño, ahora le ha tocado el turno a la masturbación femenina. "Aclaro, estoy hablando para los heteros. A las mujeres se les presupone este conocimiento", comentó Henar antes de entrar en materia.
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"Lo primero, no se puede coger el rabo y clavarla a lo loco. Entonces, los banderilleros, por favor, que se me controlen", ha empezado explicando, antes de enumerar tres detalles absolutamente imprescindibles para el éxito de la misión. El primero, los preliminares, porque "hay que empezar por el principio, que es tocar por encima de las bragas, ¿vale? Bueno, si las llevas". El segundo, la higiene, "porque cuando nos pongamos en faena nos va a dar igual, pero nos gustaría no tener que coger hongos y que apareciese nuestro coño la casa de Papá Pitufo". El tercero, las uñas, "porque se pueden hacer dedos con las uñas de Rosalía, pero tienes que ser lesbiana o bisexual para saber hacerlo. Hay que cortárselas, por favor".
La "chochoctora" Álvarez ha asegurado que, al igual que en el sexo oral, "la técnica y la performance van de la mano". Por eso, hay que tener claro que "hacer un dedo no es taladrar un coño, o sea, no eres Cristian, el de Bricomanía, ¿vale? Porque eso hace daño". Un elemento indispensable, a juicio de la especialista, es mirar a los ojos a la otra persona, "porque si quiero que alguien me toque el coño sin mirarme, pido cita en el ginecólogo". En ese trance, es importante "poner cara de vicio, cara de que te está gustando". "Tienes que mirar a esa persona como si fueras Jafar mirando los tesoros de Aladino", y con eso está dicho todo.
La colaboradora de Buenismo Bien es consciente de que esto de hacer el dedo y mirar a la vez no siempre es fácil para algunos. Pero su recomendación es "aprender a estar ahí, concentrados, practicar hasta que puedan mirar a los ojos mientras lo hacen". La práctica es indispensable también para saber cuándo y cómo introducir los dedos, pero antes de eso, "hay que localizar el clítoris".
¿Dónde está? La "chochoctora" te hace un croquis: "el clítoris, para quien no lo sepa, está arriba del todo. O sea, justo arriba. Además, se ve que si lo tocas es como estar ahí, como una capucha. Y si la quitas, hay como una bolita. Y cuando está muy cachonda se hincha, o sea, se nota que está ahí. No hay pérdida, está aquí arriba, no hay pérdida". Por si las señas no son suficientes, "pregunta y te ponen el dedo encima". Una vez localizado, una clave técnica importante es cambiar la intensidad. Para aquellos a los que les cuesta esto, el consejo de Henar Álvarez es "pensar en una canción que te guste".
"Tú estás ahí tocando, ves que se ha puesto ya como un Ferrero Rocher, vamos, grandecito y está todo bien humedecido. Ahora llega el momento de meter los dedos. Y estos se meten así, como si estuvieses diciendo 'si tú me dices ven'", explica Álvarez. Llegados a este nivel, es bastante probable que todo salga bien, pero conviene no distraerse y se pueden poner en marcha otras técnicas anteriormente explicadas como el bedel.
La última recomendación de la "chochoctora" parece "obvia" pero no lo es en absoluto. "Escucha a la persona. Ya lo dijimos también la otra vez. La directora de orquesta es la persona dueña del coño que estáis tocando. Entonces ya la escucháis, lo vais combinando. Y os digo yo quiero conseguir una cosa muy importante, que lo dije también cuando está con lo de comerse el coño. Aquí no se para hasta que no tenga las yemas como Mireia Belmonte. Hay que seguir hasta que la persona te diga eh, o sube o bésame o métemela o a lo que te de la gana".
"Dedo bien hecho, coño satisfecho", es la moraleja de este consultorio de la "chochoctora".