La percepción de Rusia como una amenaza para España se ha multiplicado por diez en medio año

Madrid

"Los ucranianos no se van a rendir, para ellos es una guerra existencial". Así de tajante ha sido Silvia Cortés, exembajadora de España en Ucrania, en su análisis de un año de invasión. Y lo cierto es que los ucranianos siguen luchando en el frente y pidiendo a los países aliados que la apoyan que le envíen armamento y munición para hacer frente a una guerra en su primer aniversario. Una guerra que nos ha hecho variar considerablemente la percepción que tenemos en España de la amenaza que supone Rusia. Si en noviembre de 2021 apenas la definían así un 5% de los españoles, en junio de 2022 ya la consideraban una amenaza el 52% según los datos que este jueves ha presentado el Real Instituto Elcano. "Es un cambio radical en nuestra perspectiva histórica", añade Charles Powell, director del Instituto, "e incluye a Rusia dentro de las amenazas que solían salir en estas encuestas siempre: Marruecos y el terrorismo yihadista".

Varios expertos de este centro especializado en política internacional han diseccionado el impacto de este primer año de guerra con una conclusión clara: Rusia no ha conseguido los objetivos políticos y militares que se planteó con el inicio de la invasión. Para una de ellas, Mila Milosevich, "ha fracasado totalmente. Se ha visto humillada por sus altas expectativas, contaban con una guerra rápida y un cambio de gobierno en Ucrania, y el resultado final es que por primera vez en la Historia no tiene ni un solo aliado en Occidente". Para los investigadores del Elcano, la guerra ha reforzado la unidad en el seno de la Unión Europea, la influencia de la OTAN, el liderazgo internacional de Estados Unidos y también ha incrementado el papel en el escenario mundial de China y de Turquía. Pero en cambio para Rusia la situación actual sólo puede derivar en su opinión en una escalada de violencia a la desesperada o en vender a su opinión pública un éxito estratégico centrado en los dos territorios que considera parte de su geografía histórica: el Donbás y Crimea.

Los aviones no son tan importantes

Para los investigadores del Instituto Elcano, el envío de aviones supone un movimiento político que en realidad no tiene tanta relevancia inmediata en el terreno. Para Carlota García Encina "lo realmente importante es la llegada de munición o de equipos médicos". Según sus estudios, tanto Rusia como Ucrania y sus aliados empiezan a notar la fatiga de una guerra prolongada y creen de hecho que el apoyo internacional "está al límite en cuanto a calidad y a cantidad". En este sentido, destacan que ese apoyo será creciente si la comunidad internacional comprueba que los soldados ucranianos siguen aguantando, y argumentan que para la mayoría de países occidentales la mejor situación posible es invertir en esa contención por la vía del soporte a Ucrania antes que inmiscuirse directamente con tropas en el terreno.

Nadie es capaz de aventurar hasta cuándo durará el conflicto y cómo se desarrollará, pero la exembajadora recuerda la evacuación de hace un año y mantiene el contacto con ciudadanos ucranianos que resisten a la invasión rusa: "el potencial de resistencia de Ucrania es enorme. Rusia está comportándose con la misma brutalidad de Stalin. Si no recupera lo que considera su territorio, la guerra va a seguir".