Marion Cotillard: "No creo que el odio sea una fuente de creación"
En 'Asuntos familiares' la actriz francesa interpreta a una mujer que odia a su hermano
Madrid
En Asuntos familiares, la tercera colaboración entre el director Arnaud Desplechin y la actriz Marion Cotillard, todo gira alrededor del odio. Un odio profundo e irracional que se ha instalado a lo largo de los años en el corazón de dos hermanos, los que interpretan la propia Marion Cotillard y el actor Melvil Poupaud. Un odio que ni siquiera se atenúa o desaparece cuando sus padres, que han sufrido un accidente de tráfico, están a las puertas de la muerte. No hay tregua. “Al principio me costó entender este odio entre hermanos”, nos cuenta la actriz. “Pero precisamente me interesaba comprender cómo y dónde nacía ese odio entre dos niños que han crecido juntos y que han recibido la misma educación”, añade. “En la película se ve cómo los dos están compitiendo desde niños y que eso ha generado mucha frustración. Han sido comparados constantemente, pero no creo que sus padres lo hayan hecho con mala intención sino de manera inconsciente, pensando que es algo bueno porque el mundo es así. Yo creo que es algo muy destructivo”, nos explica la actriz francesa.
En el film Marion Cotillard interpreta a una actriz de teatro. Su hermano en la pantalla es un escritor que ha tenido éxito, precisamente, escribiendo sobre su odiada hermana. “No creo que el odio, por sí mismo, sea un motor de creación”, nos explica la actriz. “Más bien creo que lo que puede ser fuente de creación es el camino para comprender ese odio. Hay que explorarlo y comprenderlo”, añade.
A la actriz de 47 años, ganadora de un Oscar por interpretar a Edith Piaff en La vida en rosa, y a la que ahora también podemos ver en los cines españoles haciendo de Cleopatra en Astérix y Obélix: El Reino Medio, le gustan especialmente los papeles en los que tiene que interpretar a una artista. “Como actriz conozco perfectamente el viaje interior que hace una actriz, evidentemente”, confiesa. Conozco el tumulto interior y la inseguridad de una actriz. La necesidad de comprender al otro. De todas maneras, encarnar cualquier personaje, sea o no un artista, es más fácil cuando te dejas llevar por una buena historia y un buen guion, como es el que ha escrito Arnaud Desplechin”, dice. “La actriz que vemos en la película es muy diferente a cómo soy yo. De todas maneras, siempre que he podido encarnar a otros artistas, ya sean interpretes o cantantes, siempre me he sentido muy reflejada en esa necesidad que tienen de intentar comprender el mundo y de compartirlo”, nos cuenta.
A Marion Cottillard la hemos visto, sobre todo, en el cine francés, en títulos emblemáticos como De óxido y hueso, de Jacques Audiard; Dos Días, una noche, de los hermanos Dardenne o Pequeñas mentiras sin importancia, escrita y dirigida por su pareja, el actor y director Guillaume Canet. También ha trabajado en el cine americano en películas como Origen o El caballero oscuro: La leyenda renace, ambas dirigidas por Christopher Nolan. En donde no ha trabajado nunca es en España. “No hablo español, aunque es una lengua que me encanta. Así que lo veo complicado”, nos reconoce. Sí ha visto este año una película que le he entusiasmado: As bestas de Rodrigo Sorogoyen. “Me ha encantado. Me ha gustado mucho el trabajo de Denis Ménochet; de Marina Foïs, que es una actriz increíble, y también el del actor español Luis Zahera”, nos cuenta para terminar.
Ahora, el público español tiene la oportunidad de ver de nuevo en los cines a esta estupenda actriz francesa en Asuntos familiares.
Elio Castro
Licenciado en Historia del Arte y Máster en periodismo por la Universidad Autónoma/El País. Periodista...