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Sanciones con efecto retardado: 2023 será el año del desplome de la economía rusa pese al optimismo de sus ciudadanos

Los malos augurios de los expertos no coincide con la sensación que perciben los rusos en su día a día: "No ha cambiado nada en nuestra vida cotidiana"

Imagen de archivo del presidente ruso, Vladimir Putin / PAVEL BEDNYAKOV / SPUTNIK / KREM (EFE)

Madrid

Cuando el 24 de febrero de 2022 las tropas rusas entraron a conquistar Ucrania, los líderes occidentales se mostraron convencidos de que tenían la fórmula para detener a Putin: las sanciones económicas. "La economía rusa está en camino de reducirse a la mitad", dijo Biden tras anunciar el primer paquete. "Las sanciones dañarán a Rusia y la dañarán mucho", declaró el alto representante europeo para la Política Exterior, Josep Borrell. Por su parte, el ministro de Finanzas de Francia, Bruno Le Maire, fue más allá: "Vamos a provocar el colapso de la economía rusa".

Sin embargo, un año después, la única evidencia es que los nueve paquetes de sanciones de la UE (este viernes aprobarán previsiblemente el décimo) y otros tantos de EEUU no han provocado que Putin frene su ofensiva en Ucrania. El Kremlin ha utilizado las sanciones para criminalizar a los países occidentales, a los que este mismo martes acusó de ser "el símbolo de la mentira". Al mismo tiempo, los ataques de las tropas rusas sobre el terreno no cesan.

Dos prestigiosos economistas rusos coinciden en señalar a la Cadena SER que este año 2023 será cuando la economía rusa sufra el impacto real de las sanciones. Principalmente, por la fuerte caída de ingresos que genera la no exportación de combustibles, lo que provocará un agujero en las cuentas públicas y dificultará la financiación de la guerra, sobre todo si se prolonga el conflicto. "En 2022 el PIB de Rusia cayó un 3%", pero según el economista Oleg Itskhoki, de origen ruso, catedrático de economía en la Universidad de UCLA (California) y considerado uno de los 25 economistas más influyentes menores de 45 años por el FMI, "fue un año récord en exportaciones, por lo que la economía debía haber crecido un 7%, así que la caída real ha sido de 10 puntos".

El relato de los ciudadanos rusos: "No ha cambiado nada en la vida cotidiana"

Por el contrario, la visión de los ciudadanos rusos de a pie no coincide con los expertos. Artemio, guía turístico ruso que vive en Moscú, señala a la Cadena SER que, "para la gente común y corriente, la vida ha cambiado poco. El país tiene una vida normal". Sin embargo, admite que algunas cosas sí se han alterado, pero "no obstaculizan la rutina": "Ahora solo se puede pagar con tarjetas rusas; porque las internacionales han dejado de funcionar. Hay dificultades para salir del país, solo hay un vuelo a Europa, el de Belgrado. Se ha cambiado el turismo europeo por el doméstico. También hay problemas de suministros con piezas de coche, que han disparado su precio".

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Por su parte, Nikolay nombre ficticio, ya que prefiere ocultar su identidad por miedo a represalias, es también un ciudadano ruso de 36 años que defiende que no les han afectado las sanciones: "En general, nada ha cambiado en la vida cotidiana", asegura a la Cadena SER. "Los precios de los productos más básicos no han cambiado mucho. Los impuestos siguen siendo los mismos y la gasolina y el diésel se mantienen en precios de 2021".

Sin embargo, sí ha notado una subida considerable del precio de un tipo de producto, los dispositivos electrónicos: "Algunas empresas occidentales se niegan a suministrar sus artículos directamente, las entregas de móviles u ordenadores se hacen por medio de terceros países, lo que ha provocado que su precio se haya duplicado".

Otro aspecto llamativo que están provocando las sanciones es que, el veto a los deportistas rusos de las competiciones internacionales afecta anímicamente a la población: "La gente rusa siempre sigue mucho el tema del deporte, sobre todo el deporte de invierno, y no poder competir es un trauma", declara Artemio. Además, confiesa que todavía se siguen viendo películas de Hollywood en los cines, pero de forma "pirata".

Así, también revela que hay mucha variedad de opiniones entre la población en relación a la guerra y a Putin. La mayoría de opositores se concentran en Moscú y San Petesburgo, pero también hay debates familiares: "Hay bastante discusión, pero dentro de la cocina, en la calle nada porque te detienen. Hay gente que le apoya (a Putin) y dice que le entiende y otros que antes eran seguidores suyo, pero están desencantados".

El petróleo y el gas sostuvieron la economía (y la guerra)

Para 2023, Oleg Itskhoki, augura "una caída de la economía más brusca que el año anterior, porque el Estado ya no contará con los ingresos de las exportaciones del petróleo y el gas". Al mismo tiempo, Vladimir Milov, exviceministro de energía del Gobierno de Rusia y autor de un informe sobre sanciones para el think tank Martens Centre, defiende: "Está entrando en una crisis presupuestaria muy, muy grave, la inflación está repuntando, las industrias están en declive, los ingresos por petróleo y gas han caído un 50% en enero... A Rusia no le quedan casi reservas".

No hay que olvidar que Rusia ha estado vendiendo gasóleo a Europa hasta hace 20 días y que el año pasado fue un ejercicio récord para países como España en la compra de este combustible ruso. "Estas exportaciones fueron la fuente de financiación tanto para la economía como para la guerra, porque Occidente prefirió no aplicar las sanciones más duras", indica el catedrático. Además, recuerda que en enero de 2023 Rusia ha sufrido el mayor déficit en las cuentas públicas desde 1990, un año después de la caída del muro de Berlín.

Sobre la efectividad de las sanciones, los pronósticos eran muy optimistas en los inicios. El Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) pronosticó una caída del 15% del PIB ruso en 2022 y Reuters señaló que, en privado, algunos economistas rusos advirtieron a Putin que el retroceso podría ser del 30%. La realidad es que el Fondo Monetario Internacional (FMI) señala en sus previsiones que Rusia crecerá más en 2023 (+0,3%) que la economía de Reino Unido (-0,6%), la de Alemania (+0,1%), y apenas una décima menos que el conjunto de la Zona Euro (+0,7%), según las previsiones de este organismo.

En el lado opuesto, los ingresos públicos derivados de la venta de energía cayeron en enero un 46% respecto al mismo mes de 2022 y se encuentran en su nivel más bajo desde la pandemia, según el Ministerio de Finanzas de Rusia. Al mismo tiempo, los ingresos totales han caído un 35% en comparación con el año pasado y la guerra ha provocado un aumento del gasto estatal del 59%.

Otro aspecto clave sobre el efecto de las sanciones es el papel de países intermediarios, sobre los que Milov habla de forma crítica, especialmente de uno europeo: "Turquía actúa como un estado satélite entre Occidente y Rusia, beneficiándose económicamente de ello. No ha aplicado ninguna sanción y su comercio con Moscú se ha multiplicado. Le proporciona los bienes tecnológicos y de consumo que Occidente le ha vetado. Esto provoca que muchas empresas europeas hagan negocio con Rusia a través de Turquía, que actúa como el intermediario indispensable".

Por último, el exmiembro del Gobierno ruso y afín a opositores como Navalni pronostica que las sanciones acabarán afectando en las decisiones de Putin respecto a la guerra. Considera que su capacidad para financiar al ejército se verá muy afectada, hasta el punto de "frenar" el avance de la guerra. Además, "los rusos son ahora un 20% más pobres que en cuando comenzó la invasión de Crimea en 2014. Hay una notable fatiga en la población y una gran crisis económica puede terminar provocando el final del apoyo masivo a Putin".

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Carlos de Barrón

Escribo sobre actualidad en Cadena Ser.com, con...