Jesús Ruiz Mantilla: "No quiero volver a escribir sobre Plácido Domingo. Solo me alentaría hacerlo si se retira"

Madrid

Hace treinta años, Jesús Ruiz Mantilla era un "enterao que se tiró temerariamente a la piscina". La piscina tenía agua y él se ha convertido en uno de los periodistas que mejor conoce el mundo de la ópera y a los grandes de la lírica contemporánea. La conoce en los detalles más íntimos, porque conoce los rasgos centrales de la personalidad de grandes como Luciano Pavarotti, Cecilia Bartoli o Anna Netrebko. Por supuesto, también de Plácido Domingo, del que ya no quiere escribir más. Ruiz Mantilla acaba de publicar 'Divos' (Galaxia Gutenberg), un libro imprescindible para el que quiera comprender la historia de la ópera de finales del siglo XX y principios del siglo XXI.

En la ópera, el concepto de divo no tiene nada que ver con el que utilizamos el resto. No es sinónimo de alguien soberbio. "El divo es aquel ser del que no podemos apartar la mirada y el oído. En este caso, porque son gente que tienen un don especial y un carisma especial del que no puedes apartar la mirada", explica Ruiz Mantilla. Ha seguido de cerca la trayectoria de todos los grandes, pero sólo sobre uno de ellos no quiere volver a escribir. Plácido Domingo le ha preguntado en persona por qué escribía ciertas críticas sobre su trabajo. Cuando una veintena de mujeres le señalaron por acoso, empezó su declive. Para Ruiz Mantilla, Domingo está viviendo una situación similar a la Don Juan Carlos, dos referentes que se sintieron infalibles. "Plácido Domingono lo ha entendido. Además, se ha dejado además, manipular y utilizar por aquellos que ahora le utilizan como símbolo", resume Ruiz Mantilla.

Uno de los mayores éxitos profesionales de la carrera de Ruiz Mantilla fue su entrevista a Luciano Pavarotti. Le entrevistó en el año 2003, cuando el tenor vivía uno de sus momentos más bajos. "Pavarotti apareció en camisa hawaiana y con unos pantalones cortos. Apareció 45 minutos tarde a la cita en su casa. Yo le hacía preguntas, él cerraba los ojos hasta que se quedó completamente dormido y tuve que decir: "Maestro, maestro". Y entró la gente de prensa a ver qué pasaba", recuerda Ruiz Mantilla. La entrevista fue un éxito, aunque empezó como un auténtico fracaso. A lo largo de estos años son varios los cantantes que han deslumbrado a Mantilla. Si tuviera que elegir a una, se quedaría con Cecilia Bartoli. Para él, la mujer que pasará a la historia como una figura clave de la ópera del siglo XXI habrá que buscarla a ella. No solo por su imbatible calidad, también por su forma de entender la ópera. Es, para Mantilla, "una intelectual de la música" que, por ejemplo, volvió a poner en órbita a Vivaldi. Aunque parezca inexplicable que cayera en el olvido.

Ruiz Mantilla, incluso, dibuja una especie de "geopolítica de la ópera", en la que dos canteras bestiales rivalizan entre sí: Europa del este y América Latina. "Vienen de estratos muy pobres y de buscarse mucho la vida, tienen esa rabia por triunfar que no tienen los franceses o incluso los españoles. Y eso les hace comérselo todo", resume Mantilla. Un ejemplo de eso es Anna Netrebko, que empezó fregando suelos y limpiando cristales en un teatro de San Petersburgo. Hoy, es una diva de la ópera que ha renunciado públicamente a su defensa acérrima de Putin, con tal de no perder el trabajo. Resulta poco creíble para alguien que celebró su cincuenta aniversario en el Kremlin.