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"Aquí hay algo que la Iglesia afirma y que no se lo está creyendo ni ella": la realidad de un homosexual que ejerció el sacerdocio durante 17 años

El arzobispado le propuso continuar ejerciendo como sacerdote. Pero para ello debía manetener en silencio su condición de homosexual

Homosexualidad y sacerdocio en la Iglesia Católica

Madrid

Los ataques contra la comunidad LGTBI son innumerables. Hace un mes, 125 sacerdotes, profesores y trabajadores de la Iglesia Católica alemana salieron del armario para denunciar la discriminación que sufre esta comunidad. Individuos y asociaciones cargan en contra de una Iglesia que margina, tacha y niega la identidad de miles de personas. Los seminarios cierran las puertas de entrada a todos aquellos que no seas varones, heterosexuales y célibes. Ante esto, ahora resuena un debate silenciado durante mucho tiempo dentro de la propia Iglesia: la realidad de los curas homosexuales.

Jesús Donaire ha relatado un testimonio en primera persona. Él ejerció el sacerdocio durante 17 años. Sin embargo, fue en el año 2020 cuando su salida del armario le obligó a colgar el hábito. "Dios me había creado así, por lo que por mucha normativa que la Iglesia hubiese sacado y esté sacando, no podía coartarme", sentenciaba. Donaire comentó su identidad al arzobispado y, en un primer momento, obtuvo una propuesta de silencio. Le ofrecían continuar ejerciendo como sacerdote siempre y cuando no hiciera pública su condición. Pero el no estaba dispuesto a ello. "Esta es la gran ambigüedad, la contradicción, la hipocresía que existe", explica.

La pérdida de un ser querido, así como la posterior convivencia con su hermano mayor, ya fallecido, le hicieron sentirse atraído por el sufrimiento. Estos dos episodios iniciaron un largo proceso personal por el que Donaire decidió encomendarse a la Iglesia Católica. Ahora bien, el era consciente de que las personas de su mismo sexo le continuaban atrayendo. Poco a poco, con el tiempo, y a través de la oración y el pensamiento, se dio cuenta de que algo estaba fallando. "Aquí hay algo que la Iglesia afirma y que no se lo está creyendo ni ella", pensaba.

"Les fuerzan a romper con todos los contactos de fuera del grupo"

Dudó mucho, pensó que algo estaba mal en él, e incluso llegó a sospesar la idea de participar en una terapia de reconversión. No obstante, acabó declinado esta opción. "Esto es algo que siempre me pareció aberrante", confesaba. Saúl Castro, abogado especialista en Derechos Humanos y defensor de los derechos LGTBI, remarca la vigencia de estas prácticas. "Tenemos casos de gente que ha estado hasta en los años 2019 y 2020 sometidos a este tipo de intervenciones", declaraba Castro. La violencia de estas terapias es muy elevada. Las actividades van desde la castidad forzosa a pruebas de heterosexualidad. Además, "les fuerzan a romper con todos los contactos de fuera del grupo". Esto último crea una mentalidad de colmena que fuerza a dejar de lado los trabajos, los estudios...

A pesar de los intentos para tratar que este tipo de abusos sea condenado por la vía judicial, la ausencia de protección jurídica ha dificultado que este tipo de demandas prosperen en los tribunales. Además, la vulnerabilidad de los denunciantes es muy grande. "Te quedas sin nada", explica Donaire. Él había estudiado dos licenciaturas y tenía un doctorado en teología. Sin embargo, tras su salida de la Iglesia ha tenido que reinventarse. Actualmente trabaja como técnico en redes eléctricas gracias a un grado de FP que estudió antes de su entrada al seminario.

Jesús Bastante, redactor jefe de religión digital, recordaba las declaraciones realizadas por el Papa Francisco hace apenas unas semanas. Si bien el pontífice aseguró que la homosexualidad no era un delito y se mostró en contra de las leyes que criminalizan al colectivo LGTBI en muchos países, volvió a recordar que aunque ser homosexual no es pecado, sí lo son los actos homosexuales. Ante esto, Donaire ha remarcado que "si esto no se modifica seguirán las prácticas de reconversión". Él ahora está casado, lleva una vida feliz y se lleva muy bien con Dios. Por otro lado, asegura que "aquellos que dicen ser sus representantes, ni Dios los entiende".

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