Raquel Martín y Mariano Higes, los investigadores españoles que han dado el primer paso para mitigar el declive fatal de las abejas
"Desde el punto de vista de las enfermedades apícolas es un avance tecnológico muy importante"

Descubren una nueva vacuna para las abejas
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Los efectos de la crisis climática se han hecho cada vez más evidentes durante la última década. Los humanos somos cada vez más conscientes del impacto que nuestra actividad tiene en los ecosistemas y en la supervivencia de otras especies. Ese impacto ha causado el declive de las abejas, cuya población no dejado de caer en los últimos años. El riesgo de que desaparezcan no es un riesgo cualquiera, pues su supervivencia es clave para la supervivencia del planeta.
Son muchos los factores que explican esta problemática. No obstante, existe una bacteria que es la principal culpable de esta situación. Hace unos días conocíamos el primer gran paso para mitigar el declive de las abejas: una vacuna. Varios investigadores españoles forman parte del equipo que ha logrado este descubrimiento.
"Desde el punto de vista de las enfermedades apícolas es un avance tecnológico muy importante"
Raquel Martín y Mariano Higes, doctores en Veterinaria, son los dos investigadores que encabezan el equipo del Centro Apícola de Marchamalo, (Guadalajara). Este último ha colaborado junto a otros centros internacionales para sacar adelante la primera vacuna para abejas. Higes considera esta investigación todo un hito para la ciencia. "Hubo intentos en el pasado de sacar la vacuna para otros insectos. Pero desde el punto de vista de las enfermedades apícolas es un avance tecnológico muy importante", explicaba. De hecho, el investigador ha explicado que ellos entraron en esta dinámica porque "nos daba la impresión de que abría una puerta de modernidad y tecnología que podría ser una oportunidad para otras patologías que no tienen tratamiento". El doctor en veterinaria también ha destacado el olvido terapéutico al que está condenada la apicultura.
El investigador ha relatado que, durante los estudios, se aplicaba una bacterina a la abeja reina y, tras ello, se la liberó en la colmena. Con esto lo que se pretendía era aumentar la inmunidad de las nuevas abejas. "Hemos podido comprobar en los ensayos es que estas larvas presentan una resistencia superior a las que tienen las que tienen una reina no vacunada", concluía Higes.
Esta noticia abre una ola de esperanza para una amenaza que lleva años gestándose. La población de abejas lleva 25 decreciendo. En un principio se apuntó exclusivamente a los insecticidas neonicotinoides. Sin embargo, Higes insiste en que estos no eran los únicos responsables del problema que tenemos. "Las abejas están expuestas a altos niveles de estrés biótico y abiótico. Esto tiene que ver con el cambio climático, con las sequías, con los patógenos, con el desacoplamiento...", mencionaba Higes. Además, este último también ha querido apostillar el mal momento económico que está atravesando la apicultura. "Esto también hace que muchas explotaciones lo estén pasando mal con la consecuente pérdida del producto y de los polinizadores", asegura
La situación de las abejas se replica en muchas otras especies. "Muchos ecosistemas pueden estar en peligro. Hemos de tener en cuenta que una proporción muy importante de alimentos dependen de los polinizadores que están desapareciendo. Es un problema muy grave", sentenciaba Higes. Ante esto, muchos investigadores se ponen en marcha para intentar paliar esta situación.
En España ya está en marcha el proyecto impulsado por la compañía tecnológica LG. Este cuenta con la colaboración de la asociación El Rincón de la Abeja y de apicultores artesanales de distintas regiones de España, como Málaga, Valencia o Barcelona. Su objetivo es la protección de la abeja ibérica que es el tipo de abeja que está más adaptada a las condiciones climáticas de la península.

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