Alí Jamenei: "El envenenamiento de niñas es un crimen imperdonable"

Más de un millar de estudiantes, principalmente niñas, han sufrido envenenamientos con gas en distintas escuelas de Irán desde el pasado mes de noviembre y hoy lunes, cuatro meses después del primer ataque de estas características, el ayatolá Alí Jamenei ha reaccionado ante una serie de incidentes que la Fiscalía ha comenzado a investigar muy recientemente. "Las autoridades deben investigar este asunto. Es un crimen imperdonable y los culpables deben ser castigados con severidad", ha declarado Jamenei después de documentarse centenares de casos de niñas con náuseas, problemas respiratorios o fuertes dolores de cabeza después de relatar que estando en su colegio notaron un olor semejante al de las mandarinas o al pescado podrido y posteriormente cayeron enfermas. Los primeros testimonios se documentaron en la ciudad de Qom, considerada una ciudad sagrada para la rama chiíta del Islam, y se han extendido por 25 de las 31 provincias con las que cuenta Irán.

El Gobierno iraní se ha mantenido durante semanas en una posición ambigua en la que no ha confirmado en ningún momento que se trate de ataques premeditados y ha llegado incluso a acusar a los medios internacionales de intentar introducir una campaña de miedo psicológico entre la población y de querer avivar protestas contra el régimen. Los medios independientes de otros países apuntan a que detrás de los ataques está la intención de obligar a cerrar esas escuelas para mujeres e impedir por tanto la educación de las niñas iraníes. El propio viceministro de Salud, Younes Panahi, admitió este pasado fin de semana que esa podía ser el objetivo real detrás de los ataques y declaró que era "evidente" que había determinadas personas que querían cerrar las escuelas para mujeres, aunque horas después intentó desdecirse y argumentó que sus palabras habían sido malinterpretadas.

Esta oleada de ataques contra escuelas de mujeres llegan además en un contexto en el que se han sucedido las protestas en Irán desde que la joven kurda Mahsa Amini fuera arrestada en septiembre por llevar mal colocado el velo, fuera golpeada y de que finalmente muriera bajo custodia policial. Las manifestaciones de protesta que se sucedieron después fueron repelidas con violencia, cerca de 20.000 detenciones y penas de muerte, reacción que ha conllevado que Irán haya recibido distintas sanciones por ejemplo de la Unión Europea. Según Amnistía Internacional, al menos 41 menores fueron asesinados durante la represión de estas protestas. Las mujeres han estado a la cabeza de estas manifestaciones al grito de "mujer, vida y libertad" en un país donde tienen prohibido conducir motos, asistir a eventos deportivos, cantar en público o trabajar sin tener el permiso de su padre o su marido.

Indultan a más de 80.000 ciudadanos que permanecían presos tras participar en las manifestaciones

El líder supremo iraní ha concedido este lunes el perdón a más de 80.000 ciudadanos que permanecían encarcelados, la mayoría por tomar parte en las protestas que generaron la muerte de Masha Amini. El jefe del aparato judicial iraní ha detallado que la cifra de personas totales que podrán beneficiarse de esta medida de gracia podría alcanzar las 90.000. Sin embargo, el perdón no se aplicará a aquellos presos que hayan sido objeto de "denuncias privadas".

Las fuerzas civiles de oposición al régimen islamista consideran que con esta serie de amnistías aprobadas en las últimas semanas buscan disminuir el descontento social existente por las imposiciones morales y la violencia represiva ejercida por el gobierno de los ayatolá contra la población, que va desde la tortura de detenidos hasta la ejecución de ciudadanos condenados a muerte.

Pese a ello, las autoridades de la República Islámica han eximido de toda responsabilidad a los agentes policiales implicados en la muerte de Amini mientras permanecía bajo su custodia por llevar mal colocado el velo islámico obligatorio. Las autoridades iraníes únicamente han admitido ciertos excesos por parte de las fuerzas de seguridad durante la represión de las manifestaciones que se sucedieron durante meses en todo el país.