¿Cómo de machistas eran tus tiempos? La idea de RTVE para rastrear la misoginia con la que te criaste
Un proyecto del Lab de RTVE explora más de cuatro décadas de machismo en la publicidad, los medios de comunicación, las series y los discursos políticos.
Proyecto interactivo del Laboratorio de Innovación Audiovisual de RTVE
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Viajar al pasado es viajar a aquello que hizo de nosotros lo que somos. Por eso, con motivo del Día Internacional de la Mujer, el Laboratorio de Innovación Audiovisual de Radio Televisión Española ha desarrollado una aplicación en la que a partir de tu fecha de nacimiento, te transporta a los años de tu adolescencia. El objetivo es rastrear la misoginia que nos rodeaba justo en la época de la vida en la que se define nuestra identidad. El proyecto de TVE refleja cómo esa misoginia estaba en todas partes: la publicidad, los medios de comunicación, los productos audiovisuales e incluso los discursos políticos. La presión estética se mezclaba con discursos de odio, así como con el temor de convertirse en un nombre más en la lista negra de la violencia machista.
Mientras los medios de comunicación actuaban como altavoz del miedo, las cuestiones relativas a la salud de las mujeres continuaban siendo un tabú. Durante mucho tiempo, en la televisión había anuncios en los que la sangre de la regla era azul, en vez de roja, y las bragas no eran bragas, eran braguitas. Hubo que esperar muchos años para que esto cambiara. Sin embargo, el relato del miedo se mantenía. Las protagonistas eran distintas, pero las historias no paraban de repetirse.
Las niñas nacidas en 1980 crecieron con el crimen de Alcàsser. Según las investigación de la politóloga Nerea Barjola, "la narrativa social creada en torno al crimen hablaba de los límites que no deben ser cruzados y de espacios que no deben ser ocupados por las mujeres —salir de noche, viajar sola, hacer autostop—, lanzando un mensaje aleccionador que coartó la libertad de toda una generación". Para las nacidas en la década de los 2000 fue el caso de la Manada el que ocupó este espacio en su memoria.
Paloma Torrecillas, ha explicado en La Ventana que la recopilación empieza tras la muerte de Francisco Franco. Por un lado, esto se debe a la necesidad de acotar el proyecto y, por otro, a querer demostrar que en tiempos de aperturismo, la libertad de la mujer seguía estando coartada. Torrecillas nació en el año 1986 y ha confesado que, en su caso lo que más le ha impactado han sido “todas las revistas y mensajes contradictorios que te decían que tenías que estar segura de ti misma pero, que a la vez, tenías que perder esos kilos de más”.
"Había algo que atravesaba mi diario, y era la preocupación por el cuerpo"
Las revistas de los 2000 utilizaban testimonios masculinos para explicar a las mujeres como debían actuar para agradar a los hombres. "Les dan voz a ellos para opinar sobre nuestros cuerpos", reflexionaba Torrecillas. Además, la directora del proyecto, ha explicado que ella tenía toda su adolescencia escrita en diarios. Este proyecto la ha llevado a volver a leer esos diarios y ha descubierto que "había algo que atravesaba el diario que era la preocupación por el cuerpo, por el físico, por el miedo a salir de noche…"
Los tiempos han cambiado y lo que hace décadas era normal, hoy resulta impensable. No obstante, hay dinámicas que se mantienen y que recuerdan que aún hay mucho que cambiar. “Los contenidos de 2018 y 2020 han sido realmente impactantes”, declaraba Torrecillas. Las comunidades de incels son también una prueba de ello.
Son los autodenominados fracasados sexuales y militan en la red desvirtuando a las mujeres
Incels es el acrónimo de "involuntarios célibes", son los autodenominados fracasados sexuales y militan en la red desvirtuando a las mujeres. En su libro ‘Los hombres que odian a las mujeres’, la periodista Laura Bates describe el panorama de esta nueva subcultura. Ella se infiltró durante años en las redes de incels para conocer cómo piensan y operan sus integrantes. Ellos son hombres heterosexuales que culpan a las mujeres de todos los males de este mundo. Ellas son malévolas, desalmadas, codiciosas... y ellos adoptan un comportamiento tan crudo que dejaron sin palabra a la propia Bates.
"El peor momento fue asistir a las conversaciones online durante una masacre. Se jactaban en directo, celebrando que una de las niñas de la escuela, que había rechazado al incel, hubiera sido violada antes de ser asesinada. Así moría ‘sabiendo que habíamos estado dentro de ella’. Ese día apagué mi ordenador y lloré”, escribe la periodista.
La violencia de género, en la ficción española (Hoy por hoy)
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