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La guerra de Ucrania alimenta la censura e incrementa el número de periodistas detenidos

El Consejo de Europa acusa a Rusia de implantar las normas más severas contra la libertad de información desde el final de la Guerra Fría

Servicios informativos en Ucrania / picture alliance

La invasión de Ucrania por parte de Rusia no sólo ha supuesto la pérdida de miles de vidas, la destrucción de infraestructuras y un nuevo choque de bloques a nivel geopolítico, sino que también ha conllevado un retroceso para la libertad de prensa en Europa. El informe anual del Consejo de Europa y otras entidades colaboradoras sobre la seguridad de la prensa durante el pasado año destaca el impacto de la guerra, donde han fallecido al menos una docena de informadores, así como las políticas de Estado desarrolladas tanto en Rusia como en Bielorrusia para promover la censura y la intimidación contra los periodistas.

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"Hemos visto un incremento preocupante de ataques y amenazas contra los periodistas. Muchos han pagado con sus vidas por informar de la agresión de Rusia sobre Ucrania", destaca Marija Pejcinovic, Secretaria General del Consejo de Europa. El informe concluye directamente que en Rusia se está desarrollando una "brutal represión" contra los informadores, medio millar han tenido que abandonar el país para seguir trabajando, y dedica por primera vez un capítulo específico para Bielorrusia por la ofensiva estatal contra la libertad de prensa.

El informe destaca además que actualmente hay 127 periodistas encarcelados en toda Europa, entre ellos el español Pablo González que lleva un año bajo arresto en Polonia, país que le acusa de ser un agente al servicio de Moscú. El acoso y la intimidación contra estos profesionales también son un problema en auge en países donde gobierna la extrema derecha, como es el caso de Italia o de Polonia.

Las autoridades rusas han desplegado la censura más intolerante y draconiana que se ha visto en Europa desde el final de la Guerra Fría

—  Informe Anual sobre la Seguridad de los Periodistas, Consejo de Europa

Vigilancia y represión

Recuerda el informe que bajo la premisa de la supuesta defensa de la seguridad nacional, las autoridades de Rusia han cerrado páginas web, perseguido contenidos que detallaban la actuación de sus tropas en Ucrania o controlado motores de búsqueda. Hasta 7000 páginas web han sido bloqueadas en el país, incluidas las de las principales organizaciones defensoras de los Derechos Humanos. Tanto en este país como en Bielorrusia se describe además cómo se ha perseguido a informadores bajo acusaciones como las de haber cometido fraude o alentado el terrorismo. El Gobierno de Lukashenko ha detenido en un año a más de una treintena de periodistas y se han registrado sus casas y redacciones, aunque el mayor número de periodistas detenidos a finales del pasado año se registraba en Turquía, donde 52 informadores están bajo arresto siguiendo la oleada de detenciones que el Gobierno de Erdogan está llevando a cabo desde el intento de Golpe de Estado de 2016. En total, el número de periodistas en esta situación se incrementó el pasado año un 60% en comparación con 2021.

Más allá de la guerra, el informe detalla también la detención de periodistas que cubrían por ejemplo manifestaciones de activistas contra el cambio climático y que han llegado a ser agredidos por la policía. También destaca que algunos informadores han sido objetivo de espionaje, sobre todo el desarrollado con el programa Pegasus, y en ese sentido alerta sobre la aprobación de leyes que habilitan la persecución judicial contra el contenido informativo. Otra alerta que lanzan los investigadores es el peligro creciente que sigue suponiendo la propaganda y la difusión de información falsa, cuya influencia crece también por los intereses militares derivados de la guerra de Ucrania.

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Antonio Martín

Redactor de la sección de Internacional. Se incorporó...