Leonora Carrington, historia de una huida constante
La pintora y escritora anglomexicana nos pintó y escribió su vida y sus huidas de la familia, los colegios, la guerra y los psiquiátricos hasta encontrar su sitio en México
El viaje de ida | Leonora Carrington, historia de una huida
17:00
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Madrid
La última vez que la artista Leonora Carrington estuvo en España fue en un psiquiátrico, en el sanatorio del Doctor Luis Morales en Santander. Allí la enviaron sus padres tras una experiencia traumática en Madrid, pero el resultado fue nefasto. Las inyecciones de cardiazol empeoraron infinito su salud mental. El mejor recuerdo que se llevó de aquella España de postguerra, de primeros años 40, fue haber descubierto la pintura de El Bosco en el Museo del Prado. Ochenta años después, ha vuelto su obra en una exposición extraordinaria en la Fundación Mapfre de Madrid. Sus pinturas, escritos y recuerdos son un viaje a través de su vida con todos los lugares, estados mentales y fantasías a través de elementos naturales, sobre todo animales, que van fijando sus miedos y sus pasiones.
La huida primera de Leonora Carrington fue familiar. Desde niña tenía claro que quería ser artista y libre como sus hermanos, pero sus padres la querían dama de la alta burguesía e incluso emparentarla con la casa real británica. Eso la llevó a una carrera sin fin de expulsiones de colegios y a bailes absurdos de debutantes en Buckingham Palace. Cuenta Teresa Arcq, comisaria de "Revelación" que "era tal su desprecio por esa presentación palaciega" que creó a partir de esta experiencia su cuento 'La debutante' "en el que pide a una hiena que se haga pasar por ella en la recepción real".
Tras varias expulsiones de colegios, sus padres decidieron enviarla a un colegio de buenos modales a Florencia. Allí pasa nueve meses claves en su formación por sus visitas a la Galería de los Uffizi y aprendió las técnicas de los grandes maestros toscanos del Trecento y del Quattrocento. De esa etapa son la acuarela de 'Hermanas de la Luna'. Tras la experiencia italiana se le ofrece la posibilidad de estudiar en París y tras la mala experiencia de cenicienta en la Corte de Jorge V inicia sus estudios en la Chelsea School of Art.
La experiencia londinense es clave para la segunda gran huida de Leonora Carrington. Allí conoce a Max Ernst en la primera exposición surrealista en las galerías New Burlington. El flechazo fue inmediato y le sirve para empoderarse frente al padre que no acepta la relación. Empiezan a aparecer los caballos en su pintura como metáfora de la figura paterna como en 'Autorretrato" o "Los caballos de Lord Candlestick".
Leonora Carrington huye con Max Ernst a París donde conoce a todos los surrealistas y en 1938 se compran una casita de campo en San Martin D´Ardeche, cerca de la Provenza francesa. Fueron los mejores momentos de la pareja, los más intensos pasional y artísticamente. La guerra corta de raíz la relación cuando Max, de origen alemán, es encarcelado.
La ausencia de Max llevó a Leonora a la locura. Huyendo de los nazis, unos amigos se la llevan a la España franquista y en Madrid sufre una experiencia traumática que hace que el padre vuelva a aparecer en su vida. Mueve sus influencias en España para que sea internada en el psiquiátrico de Santander. Las experiencias de este horroroso sanatorio cántabro y sus visitas al Prado para ver las pinturas de El Bosco, aunque breves, marcaron su vida. Peio H.Riaño, historiador del arte, periodista y escritor nos cuenta que el pintor influyó en su forma de construir escenas y cree que "hay dos cuadros de Leonora muy marcados por El Bosco, 'Dormitorio Jardín' y 'el mundo mágico de los mayas', una versión horizontal de 'El jardín de las delicias'".
De su breve paso por España huye vía Portugal. Consigue huir de la protección que le puso su padre y gracias a un matrimonio de conveniencia con el escritor mexicano Renato Leduc consigue embarcar en Lisboa rumbo Nueva York. Es el final de dos huidas claves en su vida, de la familia y de la guerra en Europa que se puede ver perfectamente en el cuadro "Artes 110".
Nueva York es un tiempo difícil, aunque vuelve a coincidir con los surrealistas. Su estado mental está muy deteriorado, a pesar de la fortaleza que demuestra en cuadros como 'Green tea'. Su salida final es México. Allí la lleva Renato del que finalmente se separa para casarse con el fotógrafo húngaro Chiki Wiesz como el que se instalará de por vida en la colonia Roma, en el número 194 de la calle Chihuahua.
Leonora Carrington hace su grupo de amigos artistas en México. Su marido, Remedios Varo, Luis Buñuel o Kati Horna entre otros y otras. México le acerca a lo ancestral, a lo mágico, se convierte en el territorio de su inspiración, de su ecología y su feminismo. Cuenta Teresa Arcq que "el feminismo de Leonora fue vanguardista. Veía el feminismo desde un matriarcado ancestral en el que la mujer marca el equilibrio".
Hoy el legado vital y artístico de Leonora Carrington empieza a internacionalizarse. En México siempre fue reconocida, pero no fuera. Ahora se la puede ver en grandes museos como el Moma de Nueva York y el de San Francisco o la Tate de Londres. También se empiezan a subastar sus obras que en el último año se han duplicado en precio. Lo último esta exposición en España "Revelación", en la Fundación Mapfre, que ha sido muy bien acogida por el público y que ha tenido su viaje radiofónico en el Hoy por Hoy de la Cadena SER.
Pepe Rubio
Redactor guionista de Hoy por Hoy. Llevo a antena las secciones "Desmontando mitos" , "Viaje de ida"...