500 migrantes llegaron durante la madrugada del viernes al puerto italiano de Crotone, al sur de la región de Calabria. La embarcación en la que arribaron tuvo que ser socorrida por la Guardia Costera de Italia y posteriormente escoltada. Este ha sido uno de los operativos de rescate más importante de los últimos días, en el que tuvo incluso que participar la Marina con el fin de que no se repitiera el trágico naufragio del pasado 26 de febrero cuando un pesquero procedente de Turquía naufragó y dejó 73 muertos. Esta nueva llegada de migrantes se suma al goteo constante que se viene registrando en los últimos días. El jueves cerca de 1.000 migrantes llegaron a aguas italianas y requirieron la ayuda de los servicios de rescate debido a la cantidad de personas que traían las embarcaciones y las complicadas condiciones meteorológicas. 800 personas lograron finalmente ser rescatadas, mientras este sábado continúan las labores de salvamento. Se espera que en las próximas horas la Guardia Costera asista a una embarcación con 150 migrantes a bordo que se encuentra frente a las costas de Pozzallo. Además, un bote que partió de Libia con 47 personas a bordo se encuentra a la deriva con unas condiciones marítimas «extremadamente peligrosas» por lo que precisan de ayuda humanitaria inmediata, según advirtieron desde la organización Alarm Phone. La situación en la pequeña isla de Lampedusa, que es la entrada de Europa en las rutas de migración marítima desde el continente africano, es crítica por la saturación que ha supuesto para los centros de acogida la incesante llegada de botes de las últimas jornadas. En total, más de 3.000 inmigrantes se encuentran hacinados en sus instalaciones, que tiene una capacidad límite para dar cobijo a 300 personas. El Gobierno italiano, por su parte, que encabeza la ultraderechista Giorgia Meloni, ha aprobado un decreto ley que aumentará las penas a las que se enfrentan los considerados «traficantes», que son los encargados de conducir las barcazas siguiendo órdenes de organizaciones criminales dedicados a trasladar migrantes desde el norte de África a Europa. Ahora, si estos criminales son capturados, podrán ser condenados hasta a 30 años de prisión, mientras que antes la sanción era de un máximo de 5 años. Este sábado, además, esta previsto que se celebre un homenaje gubernamental en recuerdo a los centeras de víctimas mortales que ha dejado en las últimas jornadas la migración a las costas italianas. La propia primera ministra, Giorgia Meloni, presidirá el acto oficial. Se esperan, de igual forma, protestas en rechazo a la cada vez más dura política de inmigración que está desplegando el Ejecutivo italiano.