Banco desbancado

Barcelona

Siete conclusiones rápidas sobre la quiebra del Silicon Valley Bank:

• Los nombres famosos, como el de Silicon Valley, no protegen. Ni tampoco las carreras de crecimiento fulgurante, a razón de una cuarta parte del negocio cada año. Ni las pátinas de modernidad del sector en que operan.
• La crisis de un banco sectorial, como este, especializado en empresas tecnológicas y emergentes (start ups) puede ser tan grave como la de un banco generalista, una caja de ahorros o un banco de negocios como Lehman Brothers, el que provocó el estallido de 2008.
• El Fondo de Garantía de Depósitos no cubría el 96% de los depósitos: algo fallaba. En Europa no hay todavía un fondo de respaldo así, son todos nacionales. A ver si esto se corrige.
• El pequeño tamaño de una entidad no la blinda, ni impide el contagio. 200.000 millones de euros no es poco, pero tampoco mucho. Y, sin embargo, el pánico cabalga. En 10 horas se retiraron más de 40.000 millones de dólares de depósitos.
• Eso, el pánico, es lo que más rápido se transmite. Ahí están todas las bolsas cayendo, sobre todo por sus valores bancarios, aunque sean de entidades totalmente diferentes a la de California.
• Las autoridades dan seguridades. La muy seria y experimentada secretaria del Tesoro, Janet Yellen, y el presidente, Joe Biden, han salido a cortar la sangría: dicen que no rescatarán el banco afectado, pero que garantizan los depósitos. Mejor que se las crea que lo contrario.
• En esta crisis ha jugado bastante papel el aumento enloquecido de los tipos de interés, que ha depreciado los títulos de renta fija. Nunca nada es gratis.